Rein Taaramae está viviendo un cúmulo de sensaciones totalmente diferentes a lo largo de esta Vuelta. Este tipo de carreras suelen ser muy largas, y todo puede cambiar -para bien o para mal- de un día para otro.

El propio corredor reconoció tras su victoria que a punto estuvo de abandonar la carrera días antes: «El día de descanso me afectó el aire acondicionado y estuve con 39 grados de fiebre, y en la etapa siguiente lo pasé muy mal e incluso me quedé del grupo de sprinters a treinta y cinco kilómetros de la meta y pensé abandonar. Mi director Stephane Augé me apoyó mucho y me dijo que resistiera e hiciera el esfuerzo de seguir».

El estonio estuvo acompañado por David de la Fuente en los últimos kilómetros, y explicó de la siguiente manera cuándo supo que tenía serias opciones de ganar: «En el puerto final al que más temía era a David de la Fuente y cuando he visto que a cinco kilómetros reventaba o se quedaba a esperar a su compañero he visto que tenía opciones de ganar. Estoy muy contento por este triunfo porque llevaba dos años sin conseguir una gran victoria a pesar de que lograba buenos puestos».

Y, efectivamente, ahí estuvo la clave de su triunfo, porque según desveló David de la Fuente tras la etapa, «soy amigo de Cobo antes que su compañero de carrera. Desde el equipo me han dicho que le esperara para ayudarle tras su ataque y lo he hecho sin dudar. Ahora confío en que sepan valorar el gesto».

El corredor del Geox también explicó que «Cobo es el primero del equipo y Menchov también ha entrado delante, pero será el equipo el que dirá quién es el líder. La Vuelta empezó muy mal con la contrarreloj de Benidorm pero en los últimos días se está poniendo de cara. Viendo cómo ha ido hoy Cobo, le veo bien para mañana [hoy] en el Anglirú».

De la Fuente no fue el único en dar explicaciones. Su director, Josean Fernández Matxin, reconoció de esta manera lo sucedido: «Que no haya ganado De la Fuente es culpa mía. Estoy convencido de que si no le hubiese dicho que parase hubiese ganado porque era más rápido que Taaramae. Sé que es una decisión difícil, y si no tuviese tan buena relación con De la Fuente y con Cobo no la habría tomado, pero pienso que ha sido lo mejor. He decidido jugar a la grande y perder la pequeña».

La razón de toda esta decisión, Juan José Cobo, se sinceró señalando que «me duele que David (De la Fuente) me haya tenido que esperar porque se merecía poder luchar por la victoria de etapa. He pasado a Nibali, que era el hombre más fuerte de la Vuelta, en la clasificación y por eso ya ha merecido la pena».

Nadie arroja la toalla todavía

No fue el mejor día para hombres importantes como Vincenzo Nibali. El del Liquigas reconoció que «en San Lorenzo estaba muy bien, pero después en la última subida he pagado los esfuerzos. Creo que me he alimentado mal. Estaba fuerte pero había poco tiempo para comer, he cometido el error de no alimentarme bien». Aunque no arroja la toalla para hoy: «Será otro día duro, todos hemos gastado mucho y será otra batalla. Aún no está todo dicho».

Joaquim Purito Rodríguez también sufrió lo suyo: «He dado todo, si hago todo lo que puedo no se me puede pedir más. Hemos endurecido desde el principio. En San Lorenzo he probado a mover la carrera, son esfuerzos que se acumulan y los he pagado». No obstante, preguntado por lo que espera hoy del Anglirú, respondió que «hoy [ayer] he sufrido yo, no sabemos quién puede sufrir mañana».

Sin duda, el mayor beneficiado de la jornada fue el líder Bradley Wiggins, quien cree que «todavía no me puedo hacer ilusiones. Lo mismo que hoy [ayer] ha tenido un mal día Nibali, en el Anglirú lo puede tener otro corredor».