Siempre sugerentes, sus letras. Siempre susurrante, su voz. Nos cuenta historias, hace que sus personajes habiten en nuestra imaginación. Lo consigue hablando de sentimientos, sensaciones que se esconden en la cotidianidad de las relaciones humanas, de la vida. La música de Jabier Muguruza, si se sabe escuchar, llega siempre al corazón, te hace viajar, entender y disfrutar. Es una música hecha lejos de la euforia, cercana a la reflexión y al sosiego. Su último disco, «Bikote bat», es el número once de una trayectoria `en solitario' que avanza por el sentido musical más alejado de las necesidades comerciales, de los idiomas impuestos, de cualquier límite que pueda ponerse a la creatividad de un autor. Puede que no lo sea, pero Jabier parece libre al crear sus composiciones, transmite una libertad creativa difícil de encontrar en nuestros días en el mercado musical, tan dirigido, tan sumamente estudiado. Es un oasis ante tanto éxito de ventas.

Sus directos son también un derroche de dulzura, de curioso nerviosismo que parece ocultarse tras una apariencia tranquila. Pronto volverá a recorrer aquellos lugares que frecuenta y que inunda con su voz. «Gauez iristea» es el nombre del tema que se adelanta a su disco, que sale a la venta en octubre, la canción a la que ha puesto imágenes Angel Katarain, sencillas, sugerentes, arropando a la historia que nos está siendo contada. Porque Jabier Muguruza siempre relata historias mediante palabras capaces de conquistar a la poesía: «Gustatzen zait gauez iristea/urrutiko lekuetara/hiri berri bat gauez/gertuago dago/gertuago sorlekutik/ ta ematen du leku hori/ ez dela erabat berria/ez dela erabat arrotza...».