«Hamaika», el número de txapelas alcanzado por Koteto Ezkurra ayer en Galarreta tiene un significado especial en euskara, significa multitud, abundancia. Es una cifra no tan redonda como la décima que con tanta efusividad celebró el año pasado, pero que se amolda perfectamente al palmarés de un pelotari que amenaza con eternizarse en la gloria para deleite de los aficionados y cierta desesperación de unos rivales que no son capaces de apartarlo del poder.

El mito de Doneztebe se enfundó su primera txapela en 1995 y 16 años más tarde volvió a ganar su txapela número once de catorce finales disputadas. Ayer, además, como ya hiciera en la semifinal del año pasado, echó por tierra unos pronósticos que se le habían mostrado muy adversos.

El propio delantero de Doneztebe se sabía muy inferior ante la potencia del brazo derecho de Miguel Mari Urrutia, el mejor pelotari en la actualidad, pero contaba con su sabiduría y su experiencia en estas lides. Así, Koteto jugó un partidazo desde el inicio, concentrado, sin regalar nada y sacando bien cogió rentas importantes desde salida y eso pilló por sorpresa a Urrutia y lo descentró en el juego.

Después del empate a dos Ezkurra hizo daño con su saque y cogió la primera ventaja importante de cuatro tantos, 6-2. Urrutia no entraba en el partido y le costaba pelotear y un Ezkurra inspirado se marchó 14-4 tras su quinto tanto de saque.

Reacción de Urrutia

Pero Urrutia también es mucho Urrutia y tras levantar dos pelotas imposibles, reaccionó en el siguiente tanto y entró en el partido. El de Saldias comenzó a obligar a rebotear a Ezkurra, que comenzó a fallar en el resto, parecía que con hacer buena le era suficiente, y enseguida se acercó en el marcador 22-19.

En el 23-20 el partido seguía en el aire, pero cuando Ezkurra volvió a afinar con el saque abrió la brecha definitiva como lo hizo el año pasado con San Miguel. Del 23-20 pasó al 27-20 jugando grandísimos tantos y demostrando veteranía, saber estar y tranquilidad.

La final estaba decidida salvo sorpresa mayúscula que no llegó. Jugando serio, Ezkurra lo tenía en la mano y no dejó de aprovechar la oportunidad para sumar su decimoprimera txapela ganando 30-22 ante un Urrutia que acabó algo tocado tras un tirón en una pierna.