José Blanco se desplazó ayer a Iruñea para participar en el Comité Regional del PSN, donde defendió que la reforma de la Constitución consagra el «principio de estabilidad presupuestaria», un elemento que por sí mismo «no es de derechas ni de izquierdas», sino que persigue atajar el «endeudamiento irresponsable».

Durante su intervención, Blanco valoró que el Congreso de los Diputados dio el viernes «un gran paso», ya que, según dijo, «de no haberlo hecho, los riesgos para el país son tan evidentes como graves».

El ministro incidió en que «se están utilizando muchos términos económicos para analizar la medida», por lo que pidió a los militantes del PSN que «expliquen a los ciudadanos esta política desde los principios» y argumenten que con la reforma «damos el mensaje claro y rotundo de que defendemos el estado de bienestar y lo financiamos con los ingresos estructurales, no dependiendo del endeudamiento».

En este sentido, Blanco apuntó que con la reforma de la Carta Magna «eludimos el riesgo de pagar más por nuestra deuda, la sanidad o la educación», además de «evitar la posibilidad de que los gobiernos se endeuden por encima de sus posibilidades».

En todo caso, el dirigente socialista advirtió de que la estabilidad presupuestaria no puede ser «excusa» para que ningún gobierno recorte el estado de bienestar, algo que a su juicio ha empezado a ocurrir con el PP en algunas comunidades autónomas donde gobierna, donde «ya ha sacado la motosierra».

El ministro de Fomento reconoció la «celeridad» de la reforma constitucional, aunque alegó que ha sido «excepcional» dado «el momento en el que estamos. Estamos en un tiempo excepcional que requiere de medidas rápidas», justificó Blanco, tras asegurar que se trata de una medida que «todos los países hemos tenido que tomar para evitar graves riesgos en la economía».

A este respecto, destacó que tanto el Gobierno alemán como el francés «ya han felicitado a España por esta reforma», e incidió en que supone «un avance sustancial en la gobernanza económica de la Unión Europea, porque sólo avanzaremos en la medida que todos los países se comprometan».

El vicesecretario general del PSOE valoró «positivamente» el apoyo del PP y lo atribuyó a un «ataque de responsabilidad» del presidente de este partido, Mariano Rajoy. «Fue una pena que no lo tuviera cuando España y los españoles más necesitaban de su apoyo», añadió.

Respecto a los partidos que no apoyaron la reforma, Blanco aseguró que se demuestra que «mientras unos trabajamos por la gobernanza económica de la UE, otros en nuestro país sólo se miran al ombligo».

ERC: «Una farsa»

Precisamente, el secretario general de ERC y diputado en el Congreso español, Joan Ridao, calificó de «antidemocrática, antisocial y rabiosamente centralista» la reforma de la Constitución.

Ridao centró la exposición de su informe en el Consell Nacional de ERC en explicar por qué se ausentó de la cámara para «no legitimar una farsa».

El secretario general de ERC considera que el pacto entre PP y PSOE «ha hurtado el debate político y social» y se ha llevado a cabo «para recibir el aplauso de la derecha europea, de la señora Merkel y de Sarkozy».

Ridao tildó de «muy ideológica» la reforma ya que «atenta contra el estado del bienestar y da cobertura al gobierno de Cataluña para poder seguir cerrando ambulatorios».

«Es una imposición del Banco Central Europeo», aseguró Ridao, quien señaló que la reforma no tiene en cuenta las diferentes competencias de las autonomías o los ayuntamientos a la hora de fijar el tope de endeudamiento.

También preguntó a CiU «si ha renunciado al concierto económico» y lamentó que una vez «abierto el melón» de la reforma de la Constitución, PSOE y PP impidieran introducir en el texto constitucional una enmienda sobre el derecho a la autodeterminación.