oferta de alianza electoral abertzale para el 20-N
El PNV despacha la coalición con un «ya tienen lo que venían a buscar»
El PNV oficializó ayer su rechazo a una alianza abertzale para defender conjuntamente en Madrid los derechos individuales y colectivos de los vascos. Los jeltzales consideran que la oferta no es sincera y la atribuyen a una maniobra de la izquierda abertzale. Joseba Egibar sostuvo ante la prensa que el único objetivo era «tener la reunión y la constatación de un no del PNV» y «ya han tenido lo que venían a buscar». Jone Goirizelaia habló de «grandísima decepción».
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Pese a que el resultado era previsible, la reunión del PNV con la izquierda abertzale, EA y Alternatiba no sólo fue bastante larga -hora y tres cuartos- sino que congregó a los máximos dirigentes de cada formación. Según uno de los participantes, el encuentro fue cordial y cada una de las partes expuso sus argumentos. Joseba Egibar, que actuó como portavoz de la delegación jeltzale, la definió como «muy directa y dialéctica».
Hace un mes, al poco de que Rodríguez Zapatero anunciara el adelanto electoral al 20 de noviembre, la izquierda abertzale, EA y Alternatiba hicieron una propuesta, cuyos destinatarios eran Aralar y PNV, para defender conjuntamente ante Madrid los derechos de los vascos, impulsar una solución al conflicto y reivindicar un giro social. Con Aralar ya han alcanzado un preacuerdo. Con el PNV no pudieron reunirse hasta ayer, aunque los dirigentes jeltzales ya ha- bían reiterado públicamente su negativa a la alianza.
Poco antes de las 11.00 de la mañana, Rufi Etxeberria y Jone Goirizelaia, de la izquierda abertzale; Pello Urizar y Mariano Alava, de EA; y Oskar Matute y Amaia Agirresarobe, de Alternatiba, entraban en Sabin Etxea. Dentro les esperaban el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, y los de las direcciones regionales Andoni Ortuzar (Bizkaia), Joseba Egibar (Gipuzkoa), Iñaki Gerenabarrena (Araba) y José Ángel Agirrebengoa (Nafarroa).
PNV: «Prioridad, la paz»
Al final de la reunión, Joseba Egibar fue el encargado de exponer ante los medios los argumentos de la negativa jelkide, que se dividen entre el juicio de intenciones de lo que pretendía uno de los proponentes (la izquierda abertzale) con la oferta y la discrepancia sobre las prioridades políticas del momento.
Según explicó Egibar, «las prioridades pasan hoy por asentar definitivamente un escenario de paz, que no solamente exige el cese definitivo de la violencia de ETA, sino, sobre todo, de lo que puede ser también nuestra acción y responsabilidad política: el que desaparezcan esas expresiones de violencia y actitudes que tiempo atrás han dado cobertura a la existencia de la violencia». También calificó de prioridad la legalización de Sortu.
Pero mayor peso tuvieron en su intervención los juicios sobre la falta de sinceridad de la oferta de alianza, a la que llegó a calificar de «subterfugio» de la izquierda abertzale para «tapar determinadas carencias que se están produciendo en el proceso de paz». «Mal anda la izquierda abertzale si necesita estos encuentros y determinadas posi- ciones para justificar su propia estrategia», afirmó.
Según Egibar, la oferta tenía como objetivo «tener la reunión de hoy y la constatación de un no del PNV a una alianza electoral que puede ser el anhelo y deseo de muchos vascos». Pero los jeltzales sostienen que no hay base para ese acuerdo y que, por tanto, se está jugando con esos anhelos y deseos. Egibar concluyó pues que «ya han tenido lo que veían a buscar».
Por parte de los proponentes habló Jone Goirizelaia, quien defendió que «el momento histórico merece y merecía una respuesta de otras características», por lo que la negativa del PNV supone «una grandísima decepción» para una parte de la sociedad que piensa que era «necesario acudir a Madrid como pueblo en defensa de nuestros derechos individuales y colectivos, de los derechos sociales y del reconocimiento del derecho a la autodeterminación».
Goirizelaia invitó al PNV «repensar el contenido de la reunión» y tomar en consideración la oferta. «A pesar del contenido de la conversación creemos que todavía es posible y vamos a intentar que el planteamiento sea de otra manera», apuntó. Y añadió que no tienen «una propuesta cerrada ni en torno a cómo tendría que ser la coalición, ni de qué forma, ni cómo se tendría que materializar», puesto que eso debería concretarse en las negociaciones. Por tanto, «independientemente y conociendo que cada uno tiene un planteamiento distinto, creíamos y seguimos creyendo que la alianza es posible».
El PNV dejó abierta la puerta a una colaboración postelectoral entre diputados vascos «en cuantas iniciativas podamos compartir desde en el diagnóstico y aproximación política en unas instituciones como pueden ser las Cortes Generales».
El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, defendió ayer la decisión de su formación de presentarse a las elecciones a Cortes del 20 de noviembre junto a EA, la izquierda abertzale y Alternatiba en los cuatro territorios de Hego Euskal Herria. «Estamos en una situación diferente en la que la política se está abriendo camino y esa nueva situación requiere de un nuevo empujón y audacia y generosidad. Y ésa es la oferta a la que tenemos que colaborar junto con otras fuerzas políticas».
Zabaleta subrayó en una entrevista en Onda Vasca que «eso es lo que nos exige la situación que estamos viviendo hacia la paz y la normalización, y en una situación económica en la que está cayendo la que está cayendo y en la que sin duda ninguna la mayoría de izquierdas y progresista que existe en toda Euskal Herria exige que demos pasos más audaces».
La Asamblea Nacional de Aralar aprobó la coalición con un 61% de los votos y será ratificada por su V Congreso. GARA
Según la proyección realizada en su día por GARA, si la alianza hubiera sumado al PNV podría tener en su peor perspectiva 9 diputados y 15 según el mejor cálculo. Sería la mayor representación abertzale de la historia y el tercer grupo del Congreso.
El líder del PP, Mariano Rajoy, ha asumido personalmente las conversaciones con la presidenta de Nafarroa y de UPN, Yolanda Barcina, sobre la posibilidad de que ambas formaciones vayan en listas conjuntas a las elecciones del 20-N. Después de que la dirección de UPN aprobara la tarde del lunes iniciar los contactos, Barcina se apresuró a contactar personalmente con Rajoy y darle cuenta de la decisión, aunque por otra parte ya se había filtrado que en Génova conocían sus planes antes incluso de revelarlos el viernes en Cadreita.
La vicesecretaria de Organización del PP y directora de la campaña electoral, Ana Mato, informó ayer del inicio de los contactos con UPN y apuntó que también hay conversaciones con el Partido Aragonés Regionalista. El PP dejó ayer muy claro que las alianzas habrán de basarse en el acuerdo con el contenido del programa con el que Rajoy pretende llegar a la Moncloa.
UPN, por su parte, ha puesto como condición para el acuerdo que su formación siga teniendo «voz propia» en el Congreso. Esta «línea roja» ha sido criticada por el presidente del PP de Nafarroa, Santiago Cervera, quien señaló que «no es muy lógico» ni «muy elegante» que UPN «establezca una serie de condiciones» antes de reunirse con su partido para negociar un posible acuerdo electoral, más aún cuando son los regionalistas los que «han llamado a la puerta del PP».
Desde 1991, UPN y PP mantenían una fusión, por la que los diputados del partido navarro eran elegidos en las listas del PP. Pero en 2008, después de los acuerdos de UPN con el PSOE para la reelección de Miguel Sanz como presidente foral, la formación regionalista se negó a votar la enmienda a la totalidad del PP a los presupuestos generales del Estado, lo que originó una crisis entre ambos partidos, la ruptura de relaciones y la creación del PPN.
Ahora, el temor a que una coalición de fomaciones abertzales pueda proclamarse como primera fuerza en Nafarroa en las próximas elecciones ha hecho que Barcina proponga la búsqueda de un nuevo acuerdo con el PP, posibilidad que no gusta nada a Miguel Sanz, dispuesto a encabezar la lista de UPN para competir con el PP.
El lunes la ejecutiva de UPN aprobó el inicio de conversaciones para ver si el acuerdo es posible. La «línea roja» de tener «voz propia» es lo que produjo la ruptura en 2008. Mariano Rajoy asume personalmente la negociación, lo que hace ver que el tema interesa al PP. GARA