Las declaraciones lanzadas en tromba por instituciones europeas, bancos y líderes políticos para negar la existencia de un riesgo de recesión a corto plazo no convencieron a los mercados. Al contrario, los índices europeos, que comenzaron con titubeos, fueron perdiendo más posiciones en la jornada de ayer, sin que existieran nuevos datos de peso capaces de cambiar las intenciones de los inversores. En Estados Unidos probaron de la misma medicina -Nueva York cedía un 2% al cierre del SIBE-, pese a que el ISM del sector servicios mejoró en agosto las expectativas de los expertos y se colocó en 53,3 puntos, frente a los 52,7 anteriores. El Ibex terminó con un descuento del 1,61% y se fue hasta los 7.936,40 puntos, su nuevo mínimo anual. En el ejercicio baja ya un 19,50%. En el resto de Europa tan sólo Londres (+1,10%) se apartó del guión. París cayó un 1,13% y Fráncfort un 1%. Todos los grandes índices presentan fuertes batacazos en lo que va de año. Así, el FTSE 100 retrocede un 12,60%, el CAC un 22,05%, y el Dax un 24,88%. En el Ibex, Sacyr (-5,28%) repetía como valor más castigado. Por detrás, Caixabank, Mapfre, Telecinco y Gamesa, con pérdidas superiores al 3%. Ninguno de los grandes esquivó los números rojos. Entre ellos, Iberdrola (-2,12%) y Santander (-2,01%) se llevaron la peor parte. Grifols (+0,68%) fue el mejor de los siete ganadores. En París, también en mínimos anuales, los bancos recibieron otro correctivo. Société Générale cayó un 6,54%, BNP Paribas un 5,24%, Crédit Agricole un 4,72% y Natixis un 4,57%. Los títulos de Essilor (+2,17%) lograron el mayor avance.