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El wikileaks de las oficinas de Gadafi revela su alianza con la CIA y el MI6

Unos documentos hallados en una vivienda de Trípoli relacionan al régimen de Muamar al-Gadafi con los vuelos secretos de la CIA. Según estos archivos, hechos públicos por HRW, el coronel habría permitido que agentes norteamericanos torturasen en su territorio a personas supuestamente vinculadas con Al-Qaeda. La falta de control sobre los edificios públicos puede poner en cuestión la credibilidad de estas revelaciones.

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Alberto PRADILLA |

Los documentos que prueban la colaboración Muamar al-Gadafi con los servicios secretos británicos y estadounidenses, así como su implicación en los vuelos secretos de la CIA a cambio de información sobre posibles opositores, son algunas de las revelaciones hechas públicas tras en análisis de parte de los archivos encontrados en los principales centros de poder de Trípoli.

Desde la irrupción de los rebeldes en la capital libia, miles de papeles oficiales se desparraman por los edificios de Bab al-Aziziyah (complejo presidencial) o la sede de la Muhabarat (Policía secreta). En ellos se puede encontrar desde cartas personales de los miembros de la dinastía Gadafi hasta registros sobre los seguimientos a personas consideradas peligrosas por su religiosidad.

El caos generado en torno a los edificios gubernamentales y la falta de control sobre qué es lo que se llevan de allí las decenas de visitantes que desfilan diariamente por estos lugares dificulta el análisis de este precario wikileaks gadafista.

La noticia saltó a la opinión pública el pasado viernes, cuando miembros de Human Rights Watch (HRW) hallaron los supuestos documentos en un domicilio relacionado con Musa Kusa, ex ministro de Asuntos Exteriores del régimen que huyó a Londres cuando se iniciaron las revueltas.

Uno de los delegados de la ONG, Peter Bouckaert, acudió a la sede de la organización acompañado por periodistas de medios como «The Times» y «The New York Times» para mostrarles el archivo. Los escritos, fechados entre 2002 y 2007, relatan los vínculos entre los servicios de espionaje del régimen, el MI6 británico y la CIA estadounidense.

En aquella época los intereses del líder libio, muy preocupado por controlar a la oposición islamista, coincidían con la agenda de sus homólogos de EEUU, George W. Bush, y de Gran Bretaña, Tony Blair, metidos de lleno en la beligerante teoría de la «guerra contra el terrorismo».

Según estos textos (algunos de ellos redactados en inglés y que han circulado estos días entre los periodistas destinados en Trípoli, pero que no han podido ser verificados), Gadafi habría permitido que diversos vuelos secretos norteamericanos aterrizasen en territorio libio para poder interrogar y torturar allí a sospechosos de estar vinculados con Al-Qaeda.

Jefe militar de los rebeldes

En la lista de arrestados aparece Abdul Hakim Belhadj, actual jefe militar de los insurgentes. En 2004, Belhadj, que ejerció como emir del Grupo Libio Islámico de Lucha y que también combatió en Afganistán, fue arresta- do en Malasia junto a su mujer, que en esos momentos se encontraba embarazada y, posteriormente, trasladado a territorio libio. Allí, agentes estadouni- denses le torturaron y le pusieron en custodia del régimen, que le encerró en Abu Salim.

Éste no es el único caso. Otro de sus lugartenientes, Abdel Hakim al-Hassidi, también denunció en una entrevista concedida a GARA, haber sido detenido por la CIA y entregado al régimen libio.

Según se asegura en estos papeles incautados, los servicios secretos norteamericanos habrían elaborado una lista con 89 preguntas que deberían ser formuladas durante los interrogatorios, al tiempo que los miem- bros del MI6 proporcionaron información sobre opositores a sus homólogos libios. Ni siquiera la CIA ha negado los contactos, y una de sus portavoces, Jennifer Youngblood, aseguró que «no es un secreto» que la agencia estadounidense «colabore» con otros estados para «proteger a nuestro país del terrorismo».

No parece que éstas vayan a ser las últimas revelaciones relacionadas con la trastienda del régimen libio. Los papeles de Muamar al-Gadafi se han convertido en una obsesión para los informadores, que han hallado desde una carta enviada por Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, y en la que apenas puede leerse que «debe entregarse en mano» a Sufia Gadafi, mujer del líder libio, hasta archivos que confirman que la Muhabarat se infiltraba en las mezquitas para controlar a los sectores más religiosos.

Desde hace dos semanas, decenas de personas rastrean los suelos de las principales oficinas de Trípoli, ahora controladas por los rebeldes, buscando nuevos datos relevantes. Quizás encuentren algún documento que explique por qué las principales potencias occidentales terminaron dando la espalda a uno de sus grandes aliados.

Un convoy de vehículos civiles y militares cruza la frontera a Níger

Un convoy de vehículos civiles y militares provenientes de Libia cruzó ayer la ciudad de Agadez, en el norte de Níger, y se dirigía a la capital del país africano, Niamey, según confirmaron distintas fuentes.

Una fuente militar nigerina calificó el convoy de «inhabitual e impresionante» y aseguró que provenía de Arlit, una ciudad minera próxima a la frontera argelina. Agadez está situada a 750 kilómetros de la frontera libia y a 700 de Niamey.

Esa fuente se hizo eco de insistentes rumores sobre la eventual presencia en el convoy del coronel Gadafi o de uno de sus hijos. Un periodista de una radio privada de Agadez confirmó el tránsito del convoy por la ciudad.

Un portavoz de los ex rebeldes del CNT libio confirmó que «alrededor de 200 vehículos han cruzado la frontera entre Libia y Níger. Este tipo de convoyes transporta generalmente a Gadafi o a alguno de sus hijos», señaló Jalal el-Gallal, portavoz del CNT.

El supuesto volumen del convoy y el hecho de que no hubiera sido interceptado por la OTAN alimentó las especulaciones sobre un hipotético acuerdo patrocinado por París para dejar huir al líder libio. La OTAN avivó los rumores al insistir en que no entraría en sus funciones atacar a los dirigentes libios en fuga.

El ministro nigerino de Exteriores, Mohamed Bazum, negó que Gadafi formara parte del convoy, cuyas dimensiones reales minimizó, para confirmar la llegada de vehículos con dirigentes del régimen de rango menor en los últimos días. El portavoz del derrocado régimen, Musa Ibrahim, insistió en que Gadafi seguiría en Libia «organizando la defensa». GARA

BANI WALID

El nuevo poder en Trípoli anunció haber retomado las negociaciones con los responsables locales de Bani Walid, bastión de Gadafi y cuna de la tribu Warfallah, la más numerosa del país y a la que pertenece su mujer.

SIRTE

La OTAN bombardeó ayer objetivos en Sirte, uno de los bastiones del régimen. En paralelo, los ex rebeldes del CNT anunciaron haber progresado ocho kilómetros en dirección a la ciudad.

no alineados

Cuba e Irán denunciaron la intervención occidental en Libia en la cumbre del Movimiento de Países No Alineados que se celebra en Belgrado.

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