Un candado gigante pidiķ el cierre de la central en la Marcha a Garoņa
Un candado gigante simbolizó la demanda de cierre de la central nuclear al final de la 32ª edición de la Marcha a Garoña, que reunió ayer a un millar de personas.
GARA I
Con un candado simbólico gigante, la XXXII marcha contra la central nuclear de Santa María de Garoña concluyó ayer a la puerta de la instalación, con el accidente de Fukushima en el recuerdo y como argumento para reclamar su cierre definitivo.
La marcha número 32 por el cierre de la central, que organizó la Coordinadora contra Garoña, que agrupa a diversas asociaciones ecologistas y colectivos sociales de Burgos, La Rioja y Euskal Herria, reunió a un millar de personas, un número ligeramente superior al de 2010, y concluyó con la lectura de un manifiesto en el que se pide que no se espere al 5 de julio de 2013 para el cierre, como ha prometido el Gobierno español.
En el manifiesto se volvió a incidir en que el accidente de Fukushima, del que se han cumplido seis meses, «ha desmentido la seguridad nuclear que se vende, en cuanto que las centrales nucleares están preparadas para resistir terremotos» y se recordó que «la energía nuclear no es renovable, no es segura, no es limpia y existe el peligro de los residuos radiactivos».
Asimismo, los organizadores de la Marcha contra Garoña urgieron al cierre definitivo de la central «porque hay grietas en el reactor y porque en la actualidad opera sin cumplir con las condiciones exigidas por el Consejo de Seguridad Nuclear, devolviendo agua al río Ebro a una temperatura muy por encima de los límites legales».