Reivindicación nacional en un país en marcha
Miles de personas participaron en los actos organizados con motivo de la Diada Nacional de Catalunya, jornada en la que se conmemora la entrada de las tropas borbónicas en Barcelona en 1714 que, con la promulga- ción de los Decretos de Nueva Planta, supuso la abolición de las instituciones catalanas. Es, por tanto, un día para la memoria y la reivindicación de la soberanía perdida, una fecha en la que recordar al mundo el carácter nacional de un pueblo ocupado.
Día también de ofrenda floral por parte de mandatarios políticos e institucionales, que aprovechan para desempolvar discursos que a las pocas horas vuelven a esconder en los cajones. En este sentido, el nuevo ataque judicial a la soberanía lingüística catalana, duramente criticada en todos los actos, ofreció argumentos para que también aquellos que se sienten cómodos con el actual estatus expusieran su perfil más «catalanista». Incluso aquellos que antes y después de esta fecha han pactado y pactarán con quienes han promovido ese ataque. Para hallar el verdadero significado de la Diada no hay que mirar a ese rutinario acto institucional, sino a las movilizaciones populares, que reúnen cada vez a un mayor número de personas; hay que mirar al Fossar de les Moreres, donde yacen los cuerpos de muchos de aquellos que defendieron la ciudad hasta el final y punto de encuentro de los independentistas.
Precisamente, los buenos resultados cosechados por la izquierda independentista el 22-M y las movilizaciones llevadas a cabo en los últimos años, como la histórica de julio de 2010, son un claro indicador de que el pueblo catalán es un pueblo en marcha, y que tiene cada vez más clara su meta. De la mano del movimiento independentista estuvo también una delegación de la izquierda abertzale encabezada por Txelui Moreno, que trasladó el apoyo y el cariño que el pueblo vasco siente hacia la nación catalana, el mismo cariño que tantos y tantos catalanes han mostrado siempre hacia Euskal Herria. Porque como ayer se volvió a recordar, son dos pueblos hermanados por una misma lucha.