Beñat ZALDUA I

La Diada Nacional no defraudó y, tal y como se preveía, unió a miles de independentistas en la manifestación unitaria celebrada ayer por la tarde en el centro de Barcelona. Multitud de personas desfilaron por las calles de Barcelona en una de las Diadas más con mayor participación de los últimos años, según coincidían todos los asistentes.

«Som una nació, volem un Estat propi» (Somos una nación, queremos un Estado propio), fue el lema unitario de la movilización, en la que la Esquerra Independentista desfiló bajo la pancarta «Pels drets socials i nacionals. Independència i socialisme. Països Catalans».

Y es que este año no faltaban los motivos, como coincidieron todos los organizadores. El ambiente venía caldeado con la reforma exprés de la Constitución, que todos los partidos catalanistas han rechazado por considerarlo un ataque al autogobierno.

Pero por si no fuera suficiente, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) se encargó de añadir más leña al fuego con el auto en el que daban dos meses de plazo a la Generalitat para establecer el castellano como lengua vehicular en la educación.

El TSJC se cargaba así de un plumazo una de las claves en el proceso de normalización de la lengua, para muchos el eje vertebrador de la conciencia catalana. Las reacciones no tardaron en llegar y se convirtieron en la principal reclamación de la Diada de ayer, visible en los actos más populares, con lemas a favor de la insumisión como «Jo no acato», y también en los más institucionales.

A un periodista no se le ocurrió mejor cosa que preguntarle al president de la Generalitat, Artur Mas, si le contestaría una pregunta en castellano, a lo que Mas respondió que no era «un día para contestar en castellano».

El president realizó las declaraciones en los actos institucionales de la Diada, celebrados con toda la pompa en el Parc de la Ciutadella y frente a la estatua de Rafael Casanova, líder de la defensa de Barcelona durante 1714. Semejante era la pompa, que los ciudadanos que se acercaron tuvieron que observarla desde una distancia de 100 metros, ya que el acceso estaba vetado.

La estelada toma Barcelona

Además de la manifestación de la tarde, y más allá de los actos instituciones, la Diada Nacional se convirtió en una fiesta popular por las calles del centro de Barcelona. Dos fueron los lugares que concentraron la mayoría de actividades. El paseo Lluis Companys, donde se celebra una feria de entidades desde hace unos años, y el Fossar de les Moreres, donde reposan, desde hace casi 300 años, los últimos defensores de la ciudad de Barcelona en la batalla de 1714.

En el paseo Lluis Companys se dieron cita todo tipo de entidades de los Països Catalans, toda una muestra de las asociaciones, entidades y movimientos que dinamizan la sociedad catalana. En un gran escenario instalado al final del paseo se celebró el acto final de la Diada, con conciertos de Obrint Pas, la Troba Kung Fu y Quart Primera, habituales en las grandes ocasiones como esta.

Entre los puestos de Lluis Companys se encontraba también una carpa de Independentistak. Txutxi Ariznabarreta y Floren Aoiz, que llevaban unos días en Barcelona, se encargaron de presentar el movimiento ante la sociedad catalana, en una charla abierta con los asistentes.

Ariznabarreta se mostró satisfecho con la acogida de la iniciativa y explicó que el principal objetivo de su presencia en Barcelona era establecer puentes e intercambiar experiencias con activistas independentistas de los Països Catalans.

El otro gran objetivo ha sido poner en marcha un grupo de Independentistak en Barcelona, para lo que la semana pasada celebraron un encuentro con euskaldunes residentes en el Principat.

Homenajes en El Fossar

Mientras que parte de la manifestación concluía en el paseo Lluis Companys, el grueso de la Esquerra Independentista acabó su movilización en el Fossar de les Moreres. Representantes de las CUP, Endavant, Maulets, SEPC, Coordinadora Obrera Sindical y Alerta Solidària reclamaron los derechos nacionales y sociales de los Països Catalans al lado de las palabras que recuerdan a los caídos en 1714: «En el Fossar de les Moreres no se entierra ningún traidor, hasta perdiendo nuestras banderas será la urna del honor».

El enclave fue lugar de peregrinación durante todo el día, ya que infinidad de colectivos y personas a título individual dejaron su ofrenda bajo la llama que arde continuamente en recuerdo de los allí enterrados.

El Fossar fue también el lugar donde se rindieron los homenajes más sentidos a dos ilustres personajes de la reciente historia catalana fallecidos en las últimas semanas. Uno, protagonista de la historia, Heribert Barrera -dirigente histórico de Esquerra Republicana (ERC) y primer presidente del actual Parlament- y el otro testimonio de ella, Josep Termes, reconocido historiador fallecido hace apenas tres días.

De hecho, una de las pancartas de la manifestación recordaba una frase de Barrera: «Tenim presa, molta presa» (Tenemos prisa, mucha prisa).

En los discursos del Fossar participó también el portavoz de la Izquierda Abertzale Txelui Moreno, quien destacó «el momento de crucial importancia en que se encuentran los independentismos vasco y catalán». «La crisis del Estado de las autonomías obliga al Estado a definir un modelo territorial diferente. Aquí se abren dos opciones: la involución centralista propuesta por Aznar y el PP y la que plantea el derecho a decidir de los pueblos. En esa pelea estamos y eso es lo que hemos venido a trasladar aquí», sentenció Moreno.

Banderas quemadas

Por otra parte, una foto del Rey español, dos banderas españolas y otra francesa fueran quemadas por varias personas durante la manifestación independentista .

Primero, sobre las 18.40, justo cuando la manifestación avanzaba por el paseo Sant Joan a la altura de los antiguos juzgados, un grupo de cuatro encapuchados irrumpió en la manifestación, alzó una bandera española en un pequeño muro y la quemó con gasolina. Cuando la manifestación estaba en el paseo del Born, sobre las 19.30, otro grupo quemó otra bandera española, una francesa y también una fotografía del Rey.