Rodrigo MARCIEL | Director del Portal sobre fútbol británico Brit Corner
El reencuentro de Mikel Arteta con la Champions
Creí que se había vuelto loco y quizás fue así, pero nunca seré capaz de agradecérselo lo suficiente». Son las palabras de Mikel Arteta poco después de saber que iba a jugar en el París Saint-Germain de la mano de Luis Fernández en la temporada 2000-2001. Mikel, que compartió vestuario con Iniesta, Reina o Xavi en La Masía, dejaba el Barça B para jugar en un equipo de Champions. Hoy, diez años después de jugar en campos como San Siro o el Olímpico de Munich, regresa a una competición en la que, por calidad, debió estar con más regularidad.
Pasó un tiempo en la Real (2004-05) pero nunca se sintió cómodo en el equipo de su tierra, cosas de la vida. Sus dos sueños de joven, jugar en la Real y el Barça, se esfumaron muy pronto, pero el destino le guardaba un regalo. Algunos le llamaron loco por marcharse al Glasgow Rangers, dos temporadas donde fue un líder. Pero la Premier League era su destino natural con el emergente Everton de Moyes como reclamo.
La Champions se volvió a cruzar en el camino de Arteta, pero el Villarreal dejó fuera al mejor Everton en una durísima eliminatoria que dio al traste con un año de trabajo.
Ahora, con 29 años, necesita que el fútbol le dé más alegrías. A él, un jugador de club que aguantó en el Everton todo lo que pudo, y que necesitaba un salto como el del Arsenal para demostrar al mundo que sigue ahí. Un escaparate más acorde con su clase como persona y futbolista. Su carrera ha sido extraña, sus sueños de niño se alejaron pronto para dar paso a experiencias magníficas. Debuta en un lugar sensacional como Dortmund, y con un equipo en el que tiene que ser un líder.
Vuelve Mikel a la Champions, y quizás sea una de las estrellas del torneo. Merecido lo tiene.