Raimundo Fitero

Malos copistas

Los productores televisivos insisten en tropezar con la misma copia muchas veces. Versionar una serie de la calidad, impacto, identidad de “Cheers”, al cabo de los años y solamente preocuparse en hacer un reparto que supuestamente llame la atención y asegure porcentajes de audiencia es una manera de llegar al fracaso, total o relativo. Si nos situamos en los datos estadísticos, su estreno no fue un fracaso total. Se mantuvo en sus capítulos de inicio muy cerca del dieciséis por ciento de cuota de pantalla. Menos, mucho menos de lo esperado, el propio Antonio Resines se había apostado con Paolo Vasile que arrancarían por encima del veinte por ciento, pero tampoco fue el fracaso que en la parte más activa de la audiencia aventura ya que se están mofando, riendo y ridiculizando de manera muy cruel en las redes sociales.

La evolución de productos de estas características depende de muchos factores y probablemente este diseño de producción se ha cruzado en sus pretensiones con diferentes objetivos contradictorios. Por un lado rescatar vagamente a la clientela de la serie original. En este sentido, es nefasta, es una malísima copia, una vulneración de la memoria. Los guiones son malos, la realización plana, las actuaciones nefastas, fuera de aquella elegancia, versatilidad y penetración social que era lo que transmitía el original con sabiduría narrativa.

Pero por otro lado han intentado refundar una versión barata de “Los Serrano”, y ahí, sí, tienen el tono, con un Resines, más Resines que nunca, un Pepón Nieto inefable haciendo del peor Pepón Nieto, y un Alberto Sanjuán navegando entre dos aguas. Es esta mezcla mal resuelta la que le puede hacer perder telespectadores por ambos lados. Pero, una vez más hay que esperar a su evolución interna y la respuesta externa.

No se puede olvidar fácilmente la experiencia de “Las chicas de oro”, en su versión española, con reparto de renombre y fracaso en audiencia. Esta, parece llevar ese mismo camino. Las malas copias siempre son peores que los originales, aunque sean de hace décadas. Tienen más penetración, mejores guiones, mejor reparto y son genuinos. Este bar es muy raro, muy paleto, desubicado.