José Navas, portavoz del sector afín a Javier Madrazo que impulsa la Asamblea de Ezker Batua del 1 de octubre, aseguró ayer en Bilbo que el objetivo de esa cita es «poner punto y final a los problemas internos» que esta formación sufre desde 2009 y «recomponerla» para que sea «una fuerza unida y referencia de la izquierda vasca federal, social y republicana».

El ex concejal de Gasteiz explicó que pretenden abrir «un debate para dotarnos de una nueva organización» con «un cambio sustancial» respecto a la actual EB. Entre los cambios en la estructura interna, se propone contar con una dirección «colegiada» y suprimir el cargo de coordinador general, para dotarse de «una estructura organizativa más horizontal, más participativa», donde «las decisiones sean consensuadas».

El sector madracista plantea formar un Consejo Nacional de Euskadi, con representación de las asambleas locales, y la puesta en marcha de una Mesa de Euskadi, «un órgano más político», y un equipo permanente «más ejecutivo» que «llevará el peso cotidiano de la acción política». Y propone que la nueva dirección tenga «el reto» de iniciar un proceso constituyente de «refundación», que concluiría en 2012, con las tareas de «sumar nuestra fuerza política con otras personas de izquierda» y de definir alianzas con otras organizaciones para lograr «una izquierda social con más músculo» que dé «mejor respuesta» a los «ataques del neoliberalismo». «A la indignación social hay que dotarla también de indignación en las instituciones», reclamó Navas.

El «quinto espacio»

El portavoz madracista indicó que, en este momento, es «imposible predecir» con quién se establecerán esas alianzas, si bien insistió en que los acuerdos de Ezker Batua «siempre están basados en el programa, en nuestras ideas».

El borrador del documento político plantea que la «pluralidad» de la sociedad vasca no se ve representada, en su totalidad, por PNV, PSE, PP y Bildu, por lo que se aboga por dar respuesta a los problemas de la ciudadanía desde un «quinto espacio» que «prioriza lo social sobre el soberanismo». En este sentido, Navas señaló que, si bien «no rehuimos este debate», debe estar «supeditado al debate social, elemento central de las políticas que demanda la sociedad».

Alertó de que «el modelo único que cada vez se impone más provoca tres víctimas fundamentales»: la democracia, al «imponer el mercado su modelo»; la izquierda, contra la que se dirige «un ataque visceral»; y el estado de bienestar, con «pasos gigantes de retroceso».

Navas realizó «un nuevo llamamiento» a las diferentes sensibilidades de EB para que participen en la Asamblea, el 1 de octubre en el Palacio Euskalduna de Bilbo, «sin exclusiones» para «debatir y consensuar la Ezker Batua del futuro».

«Queremos una asamblea unitaria. Lo contrario, las discrepancias que supongan divisiones, supondrán un fortalecimiento de la derecha», advirtió. De cualquier modo, señaló que «la organización está por encima de las personas» y, por tanto, «va a seguir caminando lo quiera el coordinador, este portavoz o lo quiera cualquiera».

Navas manifestó que su sector está realizando un cumplimiento «escrupuloso» de las normas de la formación y de las resoluciones judiciales. Así, el portavoz de los madracistas recordó que «los tribunales han ratificado que sólo existe un Consejo Político», en el que «no está participando» el actual coordinador general de EB, Mikel Arana, y que ha convocado la reunión del 1 de octubre.