El presidente yemení, Ali Abdalah Saleh, delegó ayer en sunúmero dos, Abdo Rabu Mansur Hadi, la autoridad para negociar un traspaso pacífico del poder en el país. Saleh, que se encuentra convaleciente en Arabia Saudí desde el atentado sufrido el pasado 3 de junio, cede así a las presiones de las monarquías del Golfo, que habían insistido para que pactase una salida dialogada. Sin embargo, sus detractores siguen sin ver con buenos ojos esta iniciativa, que han calificado como una treta para dejar que pase el tiempo.

A finales de abril, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, integrado por Arabia Saudí, Omán, Qatar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Barhein) diseñó un plan para resolver el conflicto en Yemen que proponía que Saleh traspasara el poder a Hadi en el plazo de 30 días tras la firma de la iniciativa, y la celebración de elecciones dos meses después. Sin embargo, el CCG retiró su mediación el 23 de mayo pasado después de que Saleh rechazara suscribir esa propuesta por tercera vez.

La agencia de noticias oficial Saba explicó ayer que Saleh delega en Hadi, que actúa como presidente en funciones ante la ausencia del jefe de Estado, las competencias constitucionales necesarias para iniciar un diálogo con las partes que firmaron la iniciativa presentada por el CCG y para llegar a un acuerdo sobre un mecanismo permanente para aplicarla. El Partido del Congreso Popular General, que ostenta el poder en Yemen, aprobó el 7 de septiembre la iniciativa de los países del Golfo, ampliando el plazo de traspaso del poder (de uno a tres meses) y el nombramiento de Hadi como presidente durante un período de dos años.

Sin embargo, la oposición no confía en las promesas de Saleh. Un portavoz de la mayor coalición opositora del país, el Encuentro Común, Mohamed Qahtan, citado por Efe, rechazó la medida y la calificó de «pérdida de tiempo». En este sentido, hizo un llamamiento a la oposición a «seguir manifestándose pacíficamente sin tener en cuenta los intentos del Gobierno para confundirlos y de alejarse de los acuerdos regionales».

Por otra parte, un grupo de enmascarados mató ayer en Sana´a a uno de los hijos de Mohamed Ashal, líder del partido islamista Islah. Además, prosiguen los combates entre el Ejército y milicias islamistas en Arhab, a 40 kilómetros de la capital.