Erdogan pide apoyo aéreo a EEUU en su guerra total contra el PKK kurdo
En plena ofensiva armada del PKK, el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, ha transmitido a EEUU, al fin y al cabo su aliado de la OTAN, una larga lista de demanda de ayuda militar contra los kurdos en armas, entre ellas el suministro de aviones Predator para bombardear a la guerrilla en sus refugios. La diplomacia otomana, reforzada con las revueltas árabes, toca todos los palos.
GARA
El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, entregó, con motivo de su visita a Nueva York, una lista de peticiones en materia de ayuda militar contra la organización armada kurda Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
«Hay una lista de demandas que les hemos transmitido en relación a la lucha contra el PKK», declaró Erdogan en el transcurso de una rueda de prensa en la capital neoyorkina -a donde viajó en el marco de la Asamblea General de la ONU- tras un encuentro con el presidente de EEUU, Barack Obama.
El inquilino de la Casa Blanca «me ha asegurado que EEUU están dispuestos a darnos todo su apoyo en la lucha contra el terrorismo», aseguró el primer ministro turco, en declaraciones recogidas por la agencia oficial Anatolia.
Erdogan evocó concretamente la posibilidad de establecer en territorio turco drones (aviones sin piloto) estadounidenses Predator, que tendrían las misión de bombardear las posiciones de retaguardia del PKK en Kurdistán Sur (en territorio iraquí). «Yo creo que no habrá problema en relación con los Predator. Ellos (los estadounidenses) van a intentar resolver la cuestión», aventuró el hombre fuerte de Turquía, quien insistió en que EEUU continuará suministrando a Ankara informaciones de inteligencia en tiempo real sobre las actividades de la guerrilla kurda al otro lado de la frontera turco-iraquí.
Escudo antimisiles
Al margen de la creciente autonomía de la diplomacia turca, y de sus disensiones con Israel, no se puede olvidar que Turquía sigue siendo miembro de la OTAN. Recientemente, Ankara ha dado permiso a EEUU para instalar parte de su escudo antimisiles diseñado para frenar un eventual ataque por parte de Irán, lo que ha provocado un hondo malestar en Teherán, que oficialmente mantiene buenas relaciones con el Gobierno neotomano de Erdogan.
Siguiendo con lo que es el eje de su diplomacia, una multilateralidad de la que siempre espera sacar frutos, Ankara no ha dudado en pedir auxilio a EEUU en su lucha contra los kurdos, mientras trata de mantener buenas relaciones con Irán, que tiene su propio problema kurdo dentro de sus fronteras.
Mientras Teherán lleva a cabo desde hace semanas una ofensiva contra la organización armada PJAK, que defiende con métodos violentos los derechos de la población de Kurdistán Oriental, Turquía lleva días amenazando con una incursión militar terrestre contra las bases del PKK en las montañas de Qandil (en las fronteras entre los tres estados de la región). Desde el 17 de agosto, ha lanzado ataques aéreos contra 158 objetivos. Ayer mismo, el Ejército turco aseguró que los movimientos de la guerrilla «serán seguidos de cerca» y amenazó con proseguir con sus bombardeos aéreos.
Prosiguen los ataques
Pese a ello, la guerrilla del PKK sigue golpeando a los ocupantes turcos. Ayer mismo, un cadete del Ejército murió y otros cinco resultaron heridos en un ataque contra una academia de Policía en la provincia kurda de Bitlis. Horas antes, entrada la noche del martes, cuatro personas murieron y dos resultaron heridas en un ataque a un autobús junto a una comisaría en la provincia kurda de Sirt.
La agencia kurda Firat informó del ataque a la Policía y añadió que, en el transcurso del choque murió un guerrillero kurdo. Fuentes ocupantes turcas aseguraron que las víctimas mortales eran cuatro mujeres que viajaban en el autobús que transportaba a invitados a una boda que se celebraba justo al lado de la comisaría y aludieron a un posible error del comando.
Erdogan anunció ayer desde Nueva York la suspensión del diálogo con Siria, un país con el que Turquía ha mantenido siempre estrechas relaciones, y mostró su disposición a imponer sanciones contra el régimen de Bashar al Assad.
Durante su reciente gira por varios países del norte de África, Erdogan anunció la semana pasada que la posición de Turquía respecto a Siria había cambiado y que su Gobierno podría anunciar sus decisiones sobre este asunto durante la Asamblea General de la ONU.
«He interrumpido las conversaciones con el Gobierno sirio», anunció Erdogan durante un encuentro con los periodistas turcos en Nueva York, después de reunirse con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al margen de la Asamblea General. «No quería llegar a este punto, pero el Gobierno sirio nos ha obligado a tomar esta decisión», prosiguió. «EEUU ha aprobado sanciones contra Siria y nuestros ministros de Exteriores están trabajando conjuntamente para decidir en qué van a consistir», explicó. La prensa estadounidense ya avanzó, en el contexto del encuentro entre Obama y Erdogan, que ambos países trabajan ya de forma conjunta en un escenario post-al-Assad.
Obama aprovechó el encuentro con Erdogan para instarle a reparar las relaciones con Israel. Según su oficina de prensa, el inquilino de la Casa Blanca le habría mostrado su «gran interés por la solución de la crisis surgida al calor de las consecuencias del incidente trágico de la flotilla», en referencia a la muerte de nueve turcos a manos de Israel. GARA
Ninguna organización había reivindicado, 24 horas después, la explosión que dejó un saldo de tres muertos en el centro económico de la capital política turca, Ankara.