Nick Clegg recurre al interés nacional para justificar su coalición y los recortes
El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, defendió ayer en el congreso del Partido Liberal los recortes presupuestarios de la coalición de la que forman parte y aseguró que el país viviría serias dificultades si los liberal-demócratas no estuvieran en el poder con los «tories».GARA |
A pesar de la pérdida de apoyo que está suponiendo par el Partido Liberal Demócrata su apoyo a la política de recortes impuesta por los conservadores de David Cameron, el viceprimer ministro, Nick Clegg, defendió esta postura en su discurso de clausura del congreso anual del partido en Birmingham. Clegg justificó su respaldo a las impopulares iniciativas para reducir el déficit impulsadas por sus socios de coalición, como el recorte de las prestaciones sociales y el encarecimiento de las matrículas universitarias.
El dirigente liberal reconoció que la recuperación económica en Gran Bretaña es «frágil» y defendió las medidas de austeridad con el argumento de que hay que pensar «en el interés nacional».
Ante las dudas de alguno de sus correligionarios, el «número dos» del Gobierno británico intentó destacar los beneficios de compartir el poder con los conservadores, con los que forman coalición desde mayo de 2010.
En los últimos meses, la formación de Clegg ha retrocedido en los sondeos sobre intención de voto, en los que no supera el 16% de respaldo, su peor resultado desde antes de las elecciones de 2010.
La falta de apoyo quedó reflejada en las elecciones locales celebradas el pasado mayo, cuando este tercer partido británico perdió 747 concejales y el control de nueve municipios, en lo que se considera han sido sus peores comicios municipales en 30 años. El respaldo al partido de Clegg se sitúa en el nivel más bajo en veinte años, en gran parte por su apoyo a la subida de las matrículas universitarias y la frustración en materia de reforma electoral, ya que el actual sistema de minoría simple favorece a conservadores y laboristas.
El sueño del partido por conseguir la reforma electoral -defendida por Clegg cuando negoció la coalición con los «tories»- se ha esfumado después de que la población rechazara este año en referéndum el cambio por un sistema alternativo que permitiera una mayor presencia en el Parlamento de los partidos minoritarios.
Durante el congreso anual, que empezó el pasado día 17, Clegg defendió la coalición pese a lo caro que les está costando, así como las difíciles medidas tomadas por el Gobierno para reducir el déficit público, como recortes de empleos y el aumento del IVA.
Clegg reconoció que su partido ha perdido apoyo. «Hemos perdido un referéndum. Sé cuán doloroso ha sido afrontar la frustración. Alguno de vosotros tal vez se pregunte, ¿al final merecerá la pena? Si, merecerá la pena», afirmó.