Inyección letal para Troy Davis, símbolo contra la pena de muerte en Estados Unidos
GARA |
La inyección letal esperaba ayer por la noche al estadounidense Troy Davis, que se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la pena de muerte, después de que el juez rechazara su última apelación a pesar de una intensa movilización internacional.
Condenado a muerte en 1991 acusado de matar a un oficial de policía blanco, Troy Davis, de 42 años, esperaba la inyección letal a las 19.00 (1.00 de hoy en Euskal Herria) en la penitenciaría de Jackson, Georgia. Davis, de raza negra, representa el prototipo de los condenados injustamente. Desde que fue condenado, siete de los nueve testigos clave se ha retractado o han cambiado su declaración. Algunos han asegurado que la Policía les coaccionó para que testificasen en su contra, y varios han dicho que fue otro hombre quien mató a MacPhail. Además, no hay pruebas físicas que relacionen al condenado con el crimen.
El «New York Times» dio cuenta de las regularidades de la investigación de lo que calificó como «un trágico error judicial». Davis cuenta, entre otros, con el apoyo del ex presidente Jimmy Carter, el Vaticano, el Consejo de Europa o 51 congresistas estadounidenses. Casi un millón de personas han firmado una carta en Internet en la que piden que no sea ejecutado debido a las dudas que han surgido respecto a si fue él quien mató al agente Mark MacPhail en 1989.
Último recurso
En la noche del martes, el preso envió un último mensaje a sus seguidores: «La lucha por la justicia no se agota en mí», escribió en el mensaje publicado por Amnistía Internacional de Estados Unidos. «Seguiré luchando hasta mi último aliento». El martes, la comisión rechazó la apelación final de los abogados de los condenados. Aun así, presentarán una apelación de última hora ante un tribunal del Condado para detener la ejecución, argumentando que las pruebas balísticas que vincularon a Davis con el homicidio fueron erróneas.
El director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, Richard Dieter, consideró muy poco probable que la ejecución se pudiera evitar. En los últimos 20 años en el corredor de la muerte, Troy Davis ha podido escapar de la ejecución en tres ocasiones gracias a recursos judiciales.
Amnistía Internacional y la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color llevaron a cabo un acto de protesta junto a la prisión.