El acuerdo laboral entre CCOO y las cajas vascas no se aprobará en BBK
La principal caja vasca (BBK) no podrá ratificar, cuando se negocie el convenio propio, el acuerdo firmado por CCOO, Pixkanaka-Kaskari y Grupo Independiente Vital (GIV) en la Mesa Laboral, ya que el sindicato ALE Expansión no apoyará ese acuerdo, según pudo saber GARA. Los votos de CCOO son insuficientes para dar validez al convenio y los otros dos colectivos que suscribieron el acuerdo en la Mesa Laboral no tienen representación en la caja vizcaina.
Juanjo BASTERRA | BILBO
El sindicato independiente ALE Expansión, de BBK, confirmó a GARA que no acepta el «Acuerdo laboral para el proceso de integración de BBK, Kutxa y Vital», firmado entre los respon- sables de las tres cajas y los representantes de CCOO, Pixkanaka-Kaskari y Grupo Independiente Vital (GIV) la semana pasada, por lo que no saldrá adelante en la caja vizcaina cuando se negocie el convenio.
Este acuerdo prefija el marco estatal, a pesar de que en BBK se ha intentado desactivar por la vía de los tribunales y por la recogida de firmas, donde el 69% de la plantilla apoyó el marco vasco de relaciones laborales. Los presidentes de las cajas, Mario Fernández, Xabier Iturbe y Carlos Zapatero, se comprometieron con Bildu en el acuerdo que firmaron sobre Kutxa Bank a respetar la decisión de los empleados sobre el ámbito del convenio del banco. En este caso, el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano (Bildu), asumió el compromiso de hacer que se cumpla esa decisión.
El acuerdo de la Mesa Laboral debe ser negociado en las mesas propias de convenio de cada entidad y, para su aprobación, deberá contar con la mayoría absoluta en cada caja. En BBK, la mesa negociadora se formalizó en enero de este año entre CCOO (50%) y ALE (17%). Ni LAB, ni ELA, ni ASPEM participan de la misma, porque reclaman la negociación dentro del ámbito vasco. Por esa causa, estas organizaciones presentaron una demanda que se encuentra en la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional española. Se espera una sentencia en breve.
Fuentes oficiales de ALE remarcaron a este diario que no apoyarán la decisión de CCOO porque, a su juicio, la Mesa Laboral abierta mientras se ha estado discutiendo la integración de las tres cajas en un banco «ha sido un paripé». Esta organización, que cuenta con 12 representantes en las oficinas de la expansión, destaca que «se debe blindar la plantilla» de la caja vizcaina, puesto que está ya «muy ajustada».
Según los datos de las últimas elecciones sindicales, en BBK la mesa negociadora del convenio - doce miembros- estaría repartida entre 6 de CCOO (50%), 2 de ELA(17%), 2 de ALE (17%), 1 de LAB (8%) y 1 de ASPEM (8%).
En febrero de este año, Comfia-CCOO, una vez que se aprobó su constitución, destacó que «desgraciadamente el convenio ha empezado con mal pie debido a la pretensión de los sindicatos ELA, LAB y ASPEM de negociar un convenio sólo para la CAV y Navarra» y añadió que «esta postura, que ha sido tradicional en LAB, resulta nueva en ELA y ASPEM».
En Kutxa, la mesa negociadora del convenio no ha sido conformada, aunque sí se han producido algunos intercambios de opinión, pero no se ha constituido oficialmente. En este caso, CCOO y Pixkanaka-Kaskari sí que tienen mayoría suficiente para aprobar el acuerdo de la Mesa Laboral.
En Caja Vital, por último, la mesa negociadora se ha puesto en marcha, aunque todavía no se ha debatido en profundidad sobre el tema.
El marco laboral estatal acordado la semana pasada debe ser refrendado en las mesas de negociación de cada caja. En la vizcaina, ALE Expansión no apoyará lo firmado por CCOO, Pixkanaka y los Independientes de Vital, según aseguró a GARA.
En BBK se constituyó la mesa negociadora del convenio en enero de este año. También se ha conformado en Caja Vital, mientras que en Kutxa todavía no se ha dado ese paso.
ELA expuso ayer de manera detallada los argumentos que le llevan a decir «no» a la integración de BBK, Kutxa y Caja Vital. Representantes del sindicato presentaron un documento que recoge sus objeciones al proyecto final. Tres son los puntos clave: privatización, función y obra social, y relaciones laborales. Para ELA, la integración nace con un defecto de origen, la apuesta por la bancarización en lugar de por una fusión de cajas que diese lugar a una caja más grande.
En lo que respecta a la privatización, ELA reconoce que el acuerdo entre las tres cajas y Bildu recoge un compromiso para mantener el 100% bajo control público, pero subraya que ello no supone un cierre definitivo a la entrada de capital privado. Así, indica que el texto definitivo recoge que ese compromiso se mantendrá «salvo que lo contrario sea exigido por cualquier normativa aplicable o por un organismo o administración competente», lo que a su juicio es «un cajón de sastre que da pie a actuaciones en sentido contrario». Añade que «se recoge expresamente la posibilidad de entrada de capital privado o de salida a Bolsa, si bien es cierto que para ello se plantea que se debe contar con el visto bueno de las tres cajas». Asimismo, ELA resalta que «no se establece limitación alguna a la entrada de capital privado a través de filiales» y que se ovia que «la legalidad impide tener una autocartera superior al 10% del capital social»
En el capítulo de la función social, ELA puntualiza que este concepto va más allá de lo que se considera obra social y explica que también abarca «el compromiso con el tejido productivo y las necesidades de la población», mientras que la bancarización aparejará «primar la maximización de la cuenta de resultados sobre otros elementos de solidaridad e implicación económica».
Sobre la obra social en sí, el acuerdo original hablaba de un compromiso para destinar el 30% de los beneficios durante 3 años, limitación de tiempo que ya no existe tras el pacto con Bildu. No obstante, ELA subraya que ello está sujeto a que «la solvencia financiera de la sociedad central y las normas regulatorias aplicables lo permitan». Para el sindicato, la «trampa» consiste en que «no se defina qué se entiende por solvencia financiera» ni se ofrezcan cifras de referencia, por lo que el porcentaje «será decidido de manera discrecional por la dirección de la nueva entidad».
El tercer punto en el que ELA basa su rechazo es la negativa de las cajas a reconocer el marco vasco de negociación laboral, apostando por el marco del Estado español. La central abertzale critica la «ambigüedad» del acuerdo, que recoge el compromiso a «aceptar la decisión de los trabajadores» pero no concreta una fórmula ni el ámbito territorial, circunstancia que ha sido aprovechada por las cajas para cerrar un acuerdo con CCOO, que tiene menos votos pero muchos más delegados ya que prácticamente copa la representación en las oficinas de fuera de Euskal Herria.
ELA concluye que «los acuerdos son buenos o malos en función de sus contenidos, no por quiénes los suscriben», por lo que volverá a votar que no en la asamblea de Kutxa de mañana, igual que hizo la pasada semana en BBK y Vital. I. INTZIARTE