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La hora de los especuladores

«Life Without Principle»

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Koldo LANDALUZE

Al espectador le aguardan varias sorpresas guando visiones la última joya de Johnnie To. Una de ellas consiste en que no hay ni un solo tiroteo a lo largo del metraje y la más importante, sin duda alguna, radica en que ha tenido que ser el maestro indiscutible de cine de acción «made in Hong Kong» el primero en ahondar de forma clara y sin ningún tipo de ambigüedades, en la trastienda de la crisis económica global que padecemos.

Cualquiera que pueda albergar algún tipo de duda relacionada con el género de este filme, el cineasta las disipa de inmediato, es un thriller pero las balas han sido sustituidas por mentiras, bonos mercantiles y mucho cinismo. Es cierto, no hay sonidos de balas y el caso policíaco no es más que una mera excusa argumental, pero To es un viejo zorro y un autor muy inteligente que, en esta oportunidad, ha volcado su explosivo discurso en el tratamiento argumental de un guión brillante donde los villanos ya no son los gángsters sino los bancos que, con sus falsas promesas, embaucaron a multitud de personas cuando les prometieron que sus modestos ahorros iban a generar unos beneficios millonarios y, sobre todo, la nueva generación de especuladores que han sabido enriquecerse a costa del mal ajeno.

El especulador que aparece en «Life Without Principle» no tiene nada que envidiar en su maldad a los gángters, los cuales, como cualquier humano, también padecen las contrariedades económicas de la crisis. En un alarde de honestidad y principios, el cineasta se ha decantado a favor de un gángster de poca monta y la empleada de un banco asqueada de las mentiras que debe recitar a cada instante.

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