Siete personas murieron en los disturbios que se desataron en Dakhla, al sur del Sáhara Occidental, en la tarde del pasado domingo, según informó ayer el gobierno civil de la zona, ocupada por Marruecos. En un comunicado remitido a la agencia oficial MAP, el gobierno local señaló que dos de las víctimas son agentes policiales y añadió que se han registrado numerosos incendios de vehículos y de establecimientos comerciales, aunque asegura que la situación está «bajo control» en este momento.

Los incidentes estallaron, según la agencia Efe, tras un partido de fútbol entre el equipo local, recién ascendido, y otro procedente de Mohamedía. Lo que comenzó como una pelea entre hinchas pronto derivó en enfrentamientos entre saharauis y colonos marroquíes, coincidieron en señalar diversas fuentes citadas por la agencia. El gobierno saharaui, sin embargo, desmintió estas informaciones y aseguró que policías a las órdenes de Rabat reprimieron una manifestación pacífica. En ese momento, colonos marroquíes acabaron con la vida del joven Meichan Mohamed Lamine Lehbib, de 29 años, según denunció al agencia de noticias saharaui.

Sin identificar

Esta es la única víctima identificada hasta el momento. Numerosas fuentes, tanto saharauis en el terreno como medios marroquíes digitales e impresos, coincidieron en señalar en que los enfrentamientos opusieron a saharauis de la región con habitantes de barrios poblados por marroquíes del norte, ante la aparente pasividad de la policía. Fotografías publicadas por varios medios marroquíes muestran un importante despliegue militar, con numerosos camiones por la ciudad.