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Pelota | Torneo Ciutat de Barcelona

Barcelona és bona si la pilota sona

Aimar Olaizola y Mikel Beroiz se llevaron el trofeo en la Ciudad Condal tras una magnífica exhibición de remates del delantero de Goizueta. Los azules poco pudieron hacer ante la embestida del navarro.

Olaizola II - Beroiz 22

Irujo - Pascual 11

Imanol CARRILLO

La pelota, tal y como la conocemos en Euskal Herria, suele ofrecer durante el año demostraciones fuera de nuestras mugas. Ayer Catalunya fue la beneficiada del bonito espectáculo que ofrecieron varios de los pelotaris vascos del cuadro. Como reza el dicho del titular de esta crónica -sacada de la verdadera «Barcelona és bona si la bolsa sona»-, la Ciudad Condal se hizo aún más bella con la pelota resonando en sus frontones.

En un recinto repleto, Aimar Olaizola y Mikel Beroiz se proclamaron campeones del torneo Ciutat de Barcelona después de dominar en todos los aspectos del juego. Fue, sin duda, el delantero de Goizueta quien manejó los tiempos del encuentro. Ató en corto a Juan Martínez de Irujo, aceleró a su antojo cuando quiso, también dejó jugar a sus rivales para reponer fuerzas y terminó aniquilando deportivamente a la pareja azul.

El parcial de 8-0 que se dio al comienzo del duelo presagiaba un paseo colorado. Irujo no podía con la superioridad del goizuetarra. Para muestra, sólo cabe recordar el 4-0 y el 6-0. En el primero de ellos, los cuatro pelotaris se dieron una tremenda paliza, en el tanto más largo. Después de un toma y daca en los cuadros alegres, Irujo soltaba un dos paredes -su asignatura pendiente-, Beroiz lograba llevar a buena, el de Ibero realizaba una dejada al ancho y Aimar finalizaba el tanto con otra dejada imposible al txoko.

Y no menos espectacular fue el 6-0. Aimar Olaizola mandaba la pelota a los cuadros de atrás, Irujo le daba respuesta pero de nuevo el delantero colorado mandaba la pelota al ancho con un excelente gancho de zurda.

Para más inri, el primer tanto azul se produjo por un error de Olaizola. A partir de ahí, Irujo comenzó a despertar. No quería que su viaje en coche hasta Barcelona fuese en vano, y logró acortar distancias en el marcador (del 13-1 se pasó al 13-9).

La remontada queda en nada

En ese tramo del partido, el de Ibero realizó cinco extraordinarios tantos, y su compañero Pascual también tuvo tiempo de anotarse un acierto gracias a una pelota al ancho tras llegar a una dejada al txoko de Aimar.

Sin embargo, todo fue un puro espejismo. Olaizola II controlaba los tiempos del partido y de nuevo se puso a gozar la pelota. En la zaga, además, tuvo a un buen escudero como Mikel Beroiz, muy seguro en toda la tarde de ayer. El de Uharte no cometió ni un solo error.

Todo ello, más el calor de un público entregado, les dio a los colorados todo el mérito para llevarse el trofeo barcelonés.

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