Juanjo Basterra Periodista
Condenan a gran parte de la población a la pobreza
Es terrible que aquellos que nos metieron en esta crisis nos den lecciones de economía barata. Ni vieron, ni olieron su llegada, aunque sí la ocultaron todo el tiempo que pudieron. Cuando estalló el «tsunami financiero», la ola que levantó ahogó a la economía real. Entonces, lo que se les ocurrió fue inyectar dinero sin límite a quienes provocaron esta cruenta crisis económica, y que meses antes vivieron en la opulencia y en el despilfarro. En cambio, nos dijeron que para salir de esta situación de crisis tendrán que aplicar severos recortes a la población más necesitada para condenar a una gran parte de la sociedad a mayor pobreza y a la pérdida del Estado del Bienestar, aunque este camino del no retorno se inició cuando se firmó el Tratado de Maastricht en 1992, que ahora lo están aprovechando para ahogarlo de forma definitiva.
Este desequilibrio es total. Hace unos días la Comisión Europea reconoció que el sector financiero ha recibido 4,6 billones de euros en ayudas públicas desde el inicio de la crisis, pero admitió que no hay dinero para sostener el Estado de Bienestar. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los servicios financieros en la Unión Europea no están sujetos a IVA, lo que significa una ventaja fiscal extra hacia los poderosos de otros 18.000 millones al año.
De ahí que la Comisión Europea trate de implantar un impuesto de trasacciones del 0,1% sobre los bonos y acciones y del 0,01% sobre otros productos que se negocian en las bolsas. Es una cantidad ridícula. Con esa iniciativa espera conseguir unos ingresos de 57.000 millones al año, una cantidad ochenta veces menor que las ayudas entregadas durante los tres últimos años al sistema financiero.
La pregunta sigue siendo la misma de siempre. ¿Hay dinero? La respuesta sigue siendo la misma de siempre: sí, pero la riqueza está en pocas manos, o sea mal repartida. Los «átrapafortunas» del Banco Banif, del grupo Santander, expusieron en 2010 que el 1,2% de la población de Hego Euskal Herria controlaba el 44,78% de la riqueza que se genera en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.
Con este dato, extrapolable al resto de la UE, lo único que cabe es que los ricos paguen más, que ya es hora.