Una fotografía de futuro en Iruñea
A cualquiera que conozca la realidad política vasca le resultará fácil comprender el alcance y la importancia de la fotografía que hoy ilustra la primera página de este periódico. Una imagen que mucha gente creería impensable hace unos meses y que otras muchas personas deseaban ver desde hace años. Tras el rechazo del PNV a conformar una alianza para acudir a Madrid como pueblo, las formaciones políticas que ayer compartieron el escenario del Baluarte, que representan al amplio espectro político y social situado a la izquierda de la formación jeltzale, y cuya potencialidad transformadora puede ser determinante para el devenir de este país, han asumido el compromiso de llevar al Congreso la demanda de que se respete el derecho a decidir de Euskal Herria.
Y lo harán con una fuerza que se intuye histórica para el soberanismo de izquierdas. Porque todo indica que Amaiur entrará por la puerta grande en las Cortes madrileñas, con el aval de aquellas personas que apuestan por decirle al Estado, también en su casa, que este pueblo ha decidido presentarse ante el mundo como una nación libre. Y son muchas, muchísimas, tal como pudo comprobarse el 22 de mayo. En este sentido, la fotografía de ayer es mucho más que un cartel electoral, puede ser el espejo en el que se refleje una nueva mayoría política y social en Euskal Herria.
Amaiur nace como puente por el que transitar hacia un futuro mejor. Mientras tanto, las formaciones políticas predominantes en el Estado español insisten en no moverse del pasado. Así se desprende de las valoraciones que PP y PSOE hicieron del comunicado en el que ETA anunciaba que colaborará con la Comisión Internacional de Verificación. Incómodos ante la secuencia de acontecimientos que se está produciendo, incapaces de adaptarse, ambas formaciones se apoyan en un manual que hace tiempo que quedó obsoleto. La sociedad vasca demanda soluciones, y mientras quienes se unieron ayer en Iruñea se han comprometido a ofrecérselas, aquellos que gobiernan en Madrid o aspiran a hacerlo solo ofrecen frases hechas que son estériles.