EL OLIVO 1

El Lagunak no ha podido dar la campanada en su complicado arranque liguero, pero tampoco ha fallado cuando le ha tocado dar la cara. El listón de las tres primeras jornadas bajaba ayer con la llegada de El Olivo a Barañain y las amarillas no perdonaron: celebraron, por fin, su primera victoria de la temporada.

Un triunfo que no sólo permite al Lagunak tomar ventaja respecto a uno de los que, teóricamente, serán sus rivales en la lucha por la permanencia, sino que le saca de la zona de descenso, a la que permanecía anclado desde el cuatro de setiembre. Amén de reforzar el trabajo que venía realizando y que aún no había obtenido recompensa.

Fue, el del Municipal, un encuentro muy disputado, en el que cabe destacar la gran reacción de las locales tras el empate gallego y, como punto negativo, la estricta expulsión de Susana.

El choque comenzó con mucho ritmo y un punto de precipitación por parte navarra. El Olivo, de hecho, llevó la iniciativa en el primer tiempo, pero las luces se le apagaban en cuanto rebasaba los tres cuartos del campo. La defensa del Lagunak apenas sufrió para atajar el peligro. Fueron las amarillas, además, las que golpearon primero. Desiré anotó en propia puerta tras centro de Raquel.

Pero El Olivo regresó enfurecido de vestuarios y tuvo acorralado a su anfitrión durante algunos minutos. Fruto de ese empuje llegó el empate, con la firma de Anair. Fue esta vez el equipo de Rubén Berrogi el que reaccionó. Y sacó petróleo de sus acciones a balón parado, lo que le permitió dar la vuelta al marcador con los goles de Eunate y Maite en apenas cuatro minutos, que propiciaron el primer triunfo de la temporada.

El tramo final se convirtió en un monólogo de las gallegas, que volvieron a lamentar su falta de profundidad.