El invento es bastante sencillo. Consiste en marcar la bicicleta con una plaquita de metal, unas pegatinas y un número de matrícula. La clave está en que esa plaquita se une al cuadro de la bicicleta con un tornillo de titanio. Si alguien quiere quitar después esta fina chapa de metal, lo más probable es que acabe por romper la bicicleta. Y aunque el ladrón sea tan habilidoso como para quitar el tornillo sin partir el cuadro, la bicicleta acabará con un enorme agujero que la hará inservible para su venta en el mercado de segunda mano. Esta capacidad disuasoria se incrementa con dos pegatinas visibles a 50 metros de distancia, destinadas a señalar que se trata de un modelo marcado, con las que se espera hacer desistir al mangante o, en el peor de los casos, hacer que se decida por otra bicicleta.

Iruñea se suma ahora al sistema con el que ya cuentan Gasteiz y Donostia. Las tres ciudades han elegido a la misma empresa, Bicitronic, como suministradora.

Aunque la clave está en el tornillo, como gran disuasor de un eventual robo, el sistema es algo más complejo. La contrapartida es el mayor control que tendrán las bicicletas, ya que son más fáciles de identificar. Además de la plaquita, el dispositivo se completa con una matrícula (de dimensiones similares a las de un ciclomotor, sólo que en este caso, en lugar de amarilla, es negra) que identifica a la bicicleta y debe colocarse en el guardabarros trasero o en el sillín. Estos datos facilitan la detección del propietario de la bici y, por ejemplo, podrían agilizar los trámites de una multa.

No obstante, si la bici acaba en el depósito municipal, es mucho más fácil avisar al dueño. Y, obviamente, en caso de robo, cuando la Policía detecte el vehículo avisará a su dueño. La pregunta es: ¿Merece la pena instalarlo? Pues, según los datos ofrecidos por la Policía Municipal de Iruñea, el aumento de robos ha crecido de forma espectacular. En el año 2006 se presentaron 67 denuncias y esta cifra se duplicó en 2008 (146). En lo que llevamos de año, se han contabilizado ya 347. Patxi Fernández, el director del Área de Seguridad Ciudadana, dio detalles que apuntan a que se trata de una actividad delictiva bastante organizada. Según explicó, la mayoría de las bicis robadas en Iruñea que han podido ser recuperadas se intentaban vender en otras ciudades.

Precio, registro web y ¿un seguro?

Los usuarios pueden adquirir el dispositivo para su bici en varias tiendas especializadas de la ciudad que han sido autorizadas para ello. En Iruñea serán, por el momento, diez. El precio se ha establecido en 23,95 euros, incluida la mano de obra. Con este dispositivo, ligado al DNI del propietario, la bicicleta entra en una base de datos en la que no sólo están registradas las bicis de Iruñea, sino también las de todas las ciudades que trabajan con Bicitronic (buscabicis.com). Además de Gasteiz, Iruñea y Donostia, hay otras cuatro ciudades del Estado donde ya está funcionando, entre ellas, Barcelona; y en Málaga está previsto implantarlo en breve. Según explicaron ayer, en Iruñea tardarán unas semanas en que el sistema esté operativo, ya que la empresa debe formar aún a los establecimientos autorizados sobre la colocación del dispositivo.

La eficacia del sistema depende del número de personas que decidan colocar el dispositivo en su bici. Por el momento, tanto en Gasteiz como en Donostia, los resultados son dispares. La capital guipuzcoana desarrolló las placas en marzo de 2007 y, según la página web de la empresa, hay 2.270 bicis marcadas. En Gasteiz, donde la iniciativa surgió hace dos años, apenas rozan las 400.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Iruñea informó que Bicitronic está negociando las posibilidades de que una compañía de seguros avale a las bicicletas que se acojan a este sistema de marcaje, con lo cual sí que podría hablarse de una protección total de los vehículos. Hasta entonces, sólo queda ver con qué éxito cuenta la iniciativa. Habrá que esperar para ver si estas nuevas matrículas son capaces de sustituir el engorro de esos candados que pesan una tonelada y gruesos como cuerdas de sokatira que, hasta ahora, son la única medida eficaz contra las cizallas nocturnas.