El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, acudió en ayuda de los alicaídos mercados europeos al sugerir un nuevo programa de inyección de liquidez para cuando sea apropiado. Con este reclamo, los inversores pudieron mitigar el dolor del próximo impago parcial de Grecia -cada día que pasa se acorta la cuenta atrás- y de la delicada situación del sistema financiero europeo, que está muy lejos de contar con la capitalización necesaria para afrontar las turbulencias de los próximos meses. Y es que todavía no se entregarán a Grecia los 8.000 millones del sexto tramo del primer plan de rescate. Ahora, según previsiones del Eurogrupo y del Ecofin, no estaría listo hasta noviembre, un plazo demasiado largo para tratar de evitar la bancarrota anunciada. De ahí tira el hilo que ha colocado a Dexia a las puertas de un segundo rescate y al resto de entidades más expuestas a la deuda griega en guardia para tratar de encajar el golpe de la mejor manera posible. Así las cosas, el Ibex, el mejor en Europa, bajó un 1,54%, hasta los 8.225,40 puntos. Las cesiones de Fráncfort (-2,98%), París (-2,61%) y Londres (-2,58%) fueron más amplias. En el Ibex, Sacyr (-6,94%), Abengoa (-5,74%) y Gamesa (-5,29%) registraron las mayores pérdidas, frente a FCC (+2,77%) que lideró las subidas por delante de Mapfre (+1,89%) y Popular (+0,35%), los tres únicos ganadores. Santander y BBVA cedieron más de un 1%. En París, con todo el CAC en rojo, el peor fue Lafarge (-8,48%). Hasta 17 valores, incluidos Crédit Agricole, BNP Paribas y Société Générale, recortaron en más de un 4% sus cotizaciones.