Alpinismo | Tacul
Séptimo serac para Pau Escalé; el quinto en un año
El alpinista catalán, junto a Jordi Serrat `Jou', se lleva la primera repetición del serac «La main dans le sac» (V/5+, Tacul), un serac abierto en 1990 por Fabien Ibarra y Richard Ouary. Pau Escalé tuvo que hacer frente a un duro largo, el último, en medio del fuerte viento.
Andoni ARABAOLAZA
«No sé si te interesará, pero acabo de escalar mi séptimo serac; el quinto en un año». Así comenzaba el correo que Pau Escalé nos enviaba recientemente. Una información a la que le seguía el siguiente párrafo: «Ahora ya no es como al principio, ya no sentimos lo mismo que cuando escalamos el primer serac. No sé si estar contento o tener miedo. Creo que los seracs no son seres malignos; lo estamos demostrando».
La cuestión es que Escalé, junto a su compañero Jordi Serrat, escalaba hace una semana un serac del Tacul (Chamonix): «La main dans le sac» (V/5+). Sí, de nuevo alpinismo de serac. Y, una vez leído el relato de la escalada, le respondíamos que cómo no nos iba a interesar su actividad, que esa escalada tiene unos ingredientes poco comunes con lo que se hace en la actualidad, y que nos parecía que ya había comenzado a «subestimar» (o a no darle la importancia debida) a su séptimo serac; el quinto en un año. Y la pregunta surge más que clara: ¿quién demonios puede contar con una lista de seracs como la que tiene el alpinista catalán? Y le añadimos la siguiente: si en vez de apellidarse Escalé, fuera Gabarrou o Damilano, ¿la cosa cambiaría? No hay duda: claro que sí.
Podríamos (y deberíamos) reflexionar más sobre la aportación que nuestro protagonista está ofreciendo al mundo de esta rama del alpinismo pero, a estas alturas, sentimos y creemos que todo está dicho. Que Escalé ya lo ha dicho todo, y que la historia del alpinismo sabrá recoger en su seno lo que este alpinista catalán está firmando.
Él incide en lo suyo, nos quiere hacer partícipes de sus escaladas, vivencias y reflexiones: «Con lo que estoy viviendo con esto de los seracs -continúa-, ya estoy en mi mundo mágico, fascinado las 24 horas de los 356 días del año. Es brutal que después de siete sigamos vivos y con ganas; eso demuestra que algo hemos aprendido, y también que con pocos recursos podemos escalar en hielo de nivel todo el año», asegura.
Al hilo de estas afirmaciones, este innovador o, mejor dicho, recuperador de una tendencia que nació hace más de dos décadas sigue «subestimando» esta rama del alpinismo a la que está enganchado: «No sé qué pensarán de nosotros el maestro Gabarrou o el gran Damilano. Espero que les guste y se rían cada vez que se enteren de alguna de nuestras movidas de serac. Me imagino una sonrisa con gesto de complicidad, mezclada con la duda razonable del humor negro que acompaña toda esta historia».
Quizá los espectadores que contemplamos estas sobresalientes actividades alpinas de Escalé no podamos responder de la manera más adecuada a las inquietudes que nos plantea. Pero lo que sí tenemos claro es que la lista de seracs firmados que maneja este catalán lo dice todo. Muchas veces esos datos son los más clarificadores y objetivos y, por eso, no viene mal recordar que este alpinista lleva ya siete seracs escalados, cinco de ellos en un año. Sí, la friolera de siete seracs, con lo que ello supone. No es una cuestión de récords, pero también nos gustaría recordar que con otros dos más Escalé igualará a François Damilano y Patrick Gabarrou en esto del mundo del alpinismo en serac.
Como al propio protagonista de estas líneas, nos gustaría conocer qué dicen por Chamonix al oír que alpinistas catalanes van recuperando aquella esencia de la escalada de serac firmando uno aquí y otro allí. Escalé lo tiene claro: «Con un poco más de motivación que tienen los locales se puede hacer aún mucho daño. Esta vez hemos repetido, y es que el que quería escalar no estaba en condiciones. No me importa esperar. Puede que los cientos de seracs que tengo fotografiados nunca tengan nombre y apellidos. Solo dependerá de nuestro trabajo y de que seguro que algún día, en breve, esto será normal y no será noticia. Lo que sí tengo claro es que si fuéramos guías de Chamonix cada serac hecho sería una noticia bomba. También llegará el día en que la gente se baje del burro y vea que esto de ser escalador no requiere denominación de origen. Somos personas y no comida barata para distraer a la masa»
Casi teníamos olvidado que la última escalada en serac de Escalé era el tema central informativo. Pero, en muchas ocasiones, no viene nada mal reflexionar y volver a contextualizar este tipo de actividades por su importancia, aportación y recreación.
Pues bien, dejando esto a un lado, recordemos que Escalé, junto a su compañero Jordi Serrat Jou escaló durante el primer fin de semana de octubre, es decir, hace una semana, el serac «La main dans le sac». Un serac abierto en enero de 1990 por Fabien Ibarra y Richard Ouary, y que hasta la fecha no contaba con ninguna repetición: «No creo que pueda escalar alguno más esta temporada, entre otras cosas por lo seco que está todo y porque en este serac a 3.700 metros era nieve desplomada más que hielo; sobre todo cuanto más arriba».
Con mucho viento
El serac escalado por los dos catalanes será seguramente uno de los más famosos de esta zona de los Alpes, y cuenta con una graduación de V/5+ (6 depende de por dónde se escale). Aparte de la dureza de la vía, Serrat y Escalé escalaron el serac con mucho viento, sobre todo en el último largo del serac, donde los remolinos de nieve les hizo creer por momentos que se encontraban en medio de una tormenta. «Había ratos de todo, pero cuando apretaba no se veía absolutamente nada, y teníamos problemas para coger aire», recuerda Pau Escalé.
Sobre el desarrollo de la escalada en sí, teniendo en cuenta el anticiclón que nos ha visitado durante estas tres últimas semanas, hay que decir que lo escalaron con mucho calor: «La escalada fue estupenda. El primer largo interminable lo lideró Jou, y tenía un hielo casi perfecto -destaca-. Por culpa de levantarnos tarde, escalamos a pleno sol; creo que esta fue la razón de encontrar hielo tan bueno. El largo de arriba me tocó a mí. Se ponía tieso llegando a un punto donde había un pequeño desplome, y seguía con un muro vertical casi hasta la cima del serac. Cuando llegué a la salida me quedé bloqueado; era todo nieve vertical y no pude poner ni un seguro. Rasqué y rasqué pero nada, no había hielo».
Ese fue el momento de más tensión de la escalada a «La main dans le sac», y es que, entre el fuerte viento y los remolinos de nieve que formaba, apenas había comunicación entre los dos miembros de la cordada. «Le dije a mi colega que iba a destrepar un poco, ya que no encontraba hielo para meter un tornillo. Era pura basura. Cuando puse uno, desde abajo parecía que estaba bien y que aguantaría, pero unos metros más arriba cambié de opinión, y no lo veía tan bueno. Antes de que la cabeza me empezara a ir más deprisa, empecé de nuevo a destrepar y monté una reunión», nos señala el alpinista.
Así terminaba la historia del séptimo serac escalado por Escalé (esta vez con Serrat), el quinto en un año. Ya está a punto de coger el liderazgo de los Gabarrou y Damilano, le queda poco. Pero, por lo menos, el alpinista catalán lo tiene claro: «Cada vez veo más normal esto de escalar seracs, y cada vez la batalla interior está más resuelta».
Jordi Serrat y Pau Escalé se llevan la primera repetición del serac «La main dans le sac», un serac abierto hace más de veinte años.
Escalé cuenta ya en su lista con su séptimo serac; el quinto en un año. El catalán está a punto de igualar a Damilano y Gabarrou.