El atletismo de fondo mantiene la regularidad de los buenos registros. El keniata Moses Mosop, plusmarquista mundial de 25.000 y 30.000 metros en pista desde el pasado verano, no pudo batir en el maratón de Chicago el reciente récord mundial de su compatriota Patrick Makau -(2.03:38) a finales de septiembre-, pero sí el del circuito estadounidense (2.05:37), que constituye la quinta mejor marca mundial del año.

Recordemos que Chicago ha albergado un par de plusmarcas mundiales en los últimos años. Steve Jones lo batió en 1984 y Khannouchi en 1999, convirtiéndose en el primero que bajó de la barrera de 2.06 (2.05:42).

Mosop, que en abril se inclinó por cuatro segundos ante su compatriota Geoffrey Mutai en Boston, logró ayer su objetivo de batir el récord de la carrera -sustituyendo al campeón olímpico fallecido Sammy Wanjiru, que en 2009 corrió en cuatro segundos más-. Al bolsillo 50.000 dólares (37.365 euros), además de los 100.000 (74.730 euros) que han recibido los ganadores en las dos categorías.

Mosop, de 26 años, no estaba en plena forma por culpa de una lesión en el tendón de aquiles. Hizo su apuesta a diez kilómetros de la meta, momento en que dejó atrás a sus adversarios para recorrer en solitario en último tramo. El podio masculino fue íntegramente keniata, con Wesley Korir (2.06:16) y Bernard Kipyego (2.06:29).

No así el femenino, donde reinó por tercer año consecutivo la rusa Liliya Shobukhova, esta vez con un tiempo de 2.18:20, mejor marca mundial del año y segunda de la historia tras los registros de Paula Radcliffe.