Hollande y Aubry cumplen los pronósticos en las primarias y pasan a la segunda vuelta
Los pronósticos se cumplieron. François Hollande y Martine Aubry se enfrentarán, el próximo domingo, en la segunda vuelta de las primarias del PS francés, de las que saldrá el candidato presidencial.
GARA |
Cerca de dos millones de electores votaron ayer en la primera ronda de las elecciones primarias del Partido Socialista (PS) francés, de las que deberá salir el candidato de la formación para los comicios presidenciales de 2012, en los que es muy probable que se enfrente al actual mandatario, Nicolas Sarkozy, quien todavía no ha confirmado su participación. No hubo sorpresas, y el próximo domingo el diputado y ex secretario general del PS François Hollande se enfrentará en la segunda vuelta a su sucesora, la actual líder de los socialdemócratas franceses, Martine Aubry.
Hollande, que pretende encarnar el rigor de la izquierda obtuvo el 39% de los votos, según los resultados preliminares dados a conocer por el PS tras contar 1,3 millones de papeletas. Derrotó a Aubry, quien durante la campaña puso de manifiesto su anclaje en la izquierda tradicional, que consiguió el 30% de los votos.
La diferencia entre ambos es menor que la que habían previsto los sondeos y será difícil pronosticar el resultado de la segunda vuelta de las primarias del próximo domingo.
La gran derrotada fue Ségolène Royal, que se enfrentó a Sarkozy en las presidenciales de 2007. Ayer quedó en cuarto lugar, con el 7% de los votos, por detrás de Arnaud Montebourg, representante de el ala izquierdista del partido, que causó sensación en la primera vuelta al lograr el 17%.
Por detrás se situaron Manuel Valls (6%) y Jean-Michel Baylet (1%).
Hollande recibió ayer mismo el apoyo de Valls, representante del ala derechista del PS de cara a la segunda vuelta, quien llamó a los militantes y simpatizantes del partido a votar por el ex secretario general.
Montebourg no se pronunció a favor de ninguno de los aspirantes. Sólo insistió en que la «desglobalización» es su tema favorito y que deberá instalarse en el «corazón» de la campaña presidencial.