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«La silicosis se puede convertir en una epidemia como el amianto», dice CCOO

CCOO ha iniciado una campaña frente a la silicosis, porque «es uno de los riesgos más importantes para la salud de los trabajadores». Pide que se prohíba la sílice cristalina y advierte de que «puede convertirse en otra epidemia como la del amianto», dijo Jesús Uzkudun.

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Juanjo BASTERRA | BILBO

CCOO de Euskadi exigió ayer en Bilbo que se prohíba la comercialización y el uso de la sílice cristalina, «reconocida desde los años cuarenta como sustancia cancerígena en humanos», ante «el drama creciente entre los trabajadores, principalmente, del sector de marmolería, diagnosticados con silicosis». Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral de la central sindical, alertó de que «la silicosis se puede convertir en una epidemia laboral similar a la del amianto». Por lo que pidió «actuar con inteligencia y rapidez».

CCOO realizó ayer una jornada de sensibilización frente a la silicosis ante sus delegados sindicales de los sectores afectados. Tras la misma, Jesús Uzkudun explicó, ante la presencia de un joven trabajador de 29 años afectado por la silicosis, que «se está convirtiendo en una grave epidemia, que se extiende entre los trabajadores que manipulan aglomerados de cuarzo».

Los sectores más afectados por la silicosis son las marmolerías, las fundiciones, canteras, perforación de túneles y construcción. Para el responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi, es necesario en este momento generar «un gran movimiento social de respuesta a este drama creciente», que lleve a la prohibición de esta sustancia, la sílice cristalina. Durante la rueda de prensa, Uzkudun indicó que «es una aberración que administraciones y empresarios permitan sacar al mercado los aglomerados de cuarzo, un producto comercializado bajo varias marcas -`Silestone', entre otros- que destroza los pulmones de los trabajadores, ya que contiene un 95% de sílice cristalina».

A juicio del sindicalista, «queda muy bonito en las encimeras de las cocinas, pero los trabajadores en su manipulación acaban con los pulmones destrozados; lo mismo le puede suceder a aquellos que vemos diariamente en la calle cortando piedra con una rotaflex». Jesús Uzkudun recordó que «hasta ahora, la fibrosis pulmonar y la neumonocosis entre otras patologías eran diagnosticadas como fruto del tabaquismo», pero adujo que sin la labor de CCOO destapando situaciones de riesgo con la sílice cristalina «hubiera quedado oculta esa enfermedad, Osakidetza seguiría corriendo con los gastos y no sería posible avanzar en medidas de prevención. El sindicato se ha convertido en el mejor instrumento preventivo», matizó Jesús Uzkudun.

Recordó el caso de Marmolería Cid de Bermeo, en la que el 60% de la plantilla tuvo silicosis y alertó de que este problema «ha sido ignorado por los servicios de prevención cuando la situación es muy grave».

Jesús Uzkudun señaló, por último, que «estamos dispuestos a ir de la mano de los empresarios para que estos servicios de prevención hagan el trabajo en condiciones». Precisó que ha mantenido contactos con Cebek y en breve lo hará con la viceconsejería de Empleo, pero reclamó una actuación «contundente» por parte de Osakidetza.

Se multiplican las enfermedades respiratorias

Jesús Uzkudun indicó que en los últimos cinco años se han multiplicado las enfermedades respiratorias reconocidas. Si en 1997 se produjeron 97 casos, en 2010 alcanzaron los 255 bajas laborales, mientras que en los primeros nueve meses de este año la silicosis ha afectado ya a 230 trabajadores. Son datos del Estado español, porque no se hacen públicos los afectados en Hego Euskal Herria por parte de las administraciones sanitarias.

CCOO de Euskadi entiende que con esta denuncia quiere poner de manifiesto que la Administración pública y las empresas se han olvidado del principio de precaución, ya que permiten que se manipule un producto que se sabe a ciencia cierta desde 1941 que es una sustancia cancerígena para los humanos, según el Instituto de Investigación del Cáncer (IARC).

De esta situación, Uzkudun también criticó a la patronal española por «su resistencia» a reducir los valores límite legales de la sílice cristalina, mientras que criticó a Osakidetza y al Ministerio español de Sanidad «porque ignoran el problema que nos viene encima». J. BASTERRA

PROHIBICIÓN

Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral, reclamó la prohibición de la sílice cristalina y aseguró que «queda muy bonito en las encimeras de las cocinas, pero los trabajadores, en su manipulación, acaban con los pulmones destrozados».

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