Preparando la visita a La Romareda
El mejor ejemplo del círculo vicioso
El Zaragoza, que se acogió en junio a la Ley Concursal con una deuda de 110 millones de euros, ha seguido reforzando su plantilla.
Asier AIESTARAN
El Zaragoza, próximo rival de la Real, es uno de los mejores ejemplos -y hay muchos donde elegir- del caos en el que se ha convertido la Liga española en lo que se refiere a la viabilidad económica de los clubes que participan en él. Ahora que es tiempo de balances, analizar cuentas y presentar presupuestos, un pequeño repaso a la hemeroteca basta para darse cuenta de hasta qué punto se está viciando la competición.
Tras asegurarse su permanencia en Primera División en la última jornada de la temporada pasada, el Real Zaragoza solicitó su entrada en concurso de acreedores en el mes de junio admitiendo una deuda de 110 millones de euros. El club, que ya había registrado 31,7 millones de pérdidas en la campaña 2009/10, se unía así a la numerosa lista de equipos que se han acogido a la Ley Concursal en los últimos años, comenzando por la propia Real Sociedad.
Ansias de grandeza
En el caso del club maño, los problemas de verdad comenzaron en 2008, cuando coincidiendo con la Expo que organizaba la ciudad se quiso hacer un equipo de campanillas para optar a objetivos mayores. Fue la temporada en la que pasaron por el banquillo Víctor Fernández, Ander Garitano y Jabo Irureta, y a pesar de contar con jugadores como Ayala, Diogo, Luccin, Diego Milito, Oliveira, Sergio García o Matuzalem en la plantilla, el Zaragoza acabó descendiendo a Segunda División.
Por mucho que fuera capaz de lograr el difícil reto de volver a la máxima categoría en el primer intento, las arcas del club aragonés quedaron muy tocadas y durante las últimas temporadas el agujero no ha hecho más que aumentar. Los problemas clasificatorios le han llevado a gastar todavía más dinero en fichajes -en el mercado invernal de hace dos temporadas ficharon hasta siete jugadores (Roberto, Jarosik, Contini, Edmilson, Eliseu, Colunga y Suazo) que fueron claves en su salvación-, lo que como en otros muchos equipos se ha convertido en un círculo vicioso.
Polémicas sonadas
Esos problemas económicos, y los consiguientes problemas para hacer frente a sus obligaciones de pago, han llevado al Real Zaragoza a convertirse en el protagonista de varias polémicas que han salpicado al fútbol español durante las últimas temporadas, con denuncias incluidas por parte de algunos otros clubes de la Liga.
El caso más curioso fue el de este verano, cuando la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios de Portugal suspendió las acciones del Benfica durante varias horas porque no se explicaban cómo un club sometido a la Ley Concursal podía pagar 8,6 millones de euros por el traspaso de un jugador como el guardameta Roberto Jiménez -después se supo que el comprador era realmente una sociedad llamada Quality Sports Investment ligada al controvertido agente Jorge Mendes-.
Otros casos sonados fueron las denuncias interpuestas por el presidente del Getafe, Ángel Torres, por el impago de una parte del traspaso del delantero nigeriano Ikechukwu Uche, y su homólogo del Deportivo, Augusto César Lendoiro, que reclamaba un millón y medio de euros al Zaragoza por el traspaso de Ángel Lafita. Ambos pedían, entre otras sanciones, el descenso de categoría del club maño, extremo que nunca se produjo. Situaciones que recuerdan a la que tambien vivió el Athletic tras la venta de Aritz Aduriz al Mallorca y que dejan en evidencia un modelo insostenible.
Como se recogía en un estudio realizado por el profesor de la Universidad de Barcelona José María Gay de Liébana que se presentó el pasado verano, la deuda de los equipos de Primera División era de unos 3.500 millones de euros al final de la temporada 2009/10. Y según se afirmaba en ese informe, por cada cien euros de inversión, sólo siete fueron cubiertos por capitales propios, siendo los 93 restantes de financiación ajena y endeudamiento. Datos que, como mínimo, deberían llevar a una profunda reflexión.
Ante la apocalíptica estadística de que la Real sólo ha ganado una vez en La Romareda en los últimos quince años, Xabi Prieto puso el toque de optimismo que la afición necesitaba para afrontar el partido del domingo. «Yo no tengo tan malos recuerdos. Hemos hecho buenos partidos, aunque los resultados no nos hayan acompañado tanto. Recuerdo una victoria de 0-1 -el gol de la victoria lo marcó él-, un 2-2 tras remontar que si el partido hubiera durado cinco minutos más hubiéramos ganado, la temporada pasada perdimos en el descuento... Creo que el equipo ha hecho buenos partidos en ese estadio y que tendremos opciones», afirmó el donostiarra, que también destacó la importancia de no encajar una tercera derrota consecutiva y que no quiso dar su opinión sobre las polémicas declaraciones de Antoine Griezmann hasta hablar con él.
Carlos Martínez, por su parte, se congratuló de que Philippe Montanier siga apostando por él para el lateral derecho a pesar de las dificultades que ha tenido y que han cortado su continuidad. «Contento porque se han dado situaciones difíciles. En el primer partido fui expulsado, Dani lo hizo bien en los dos partidos que jugó... Pero el míster me ha seguido dando confianza, me ha metido en el once, y estoy muy agradecido», declaró el defensa navarro tras desvelar que el equipo está trabajando especialmente la presión al jugador con balón tras los problemas que se detectaron en esa faceta en el derbi contra el Athletic.
La Real vuelve hoy a los entrenamientos en las instalaciones de Zubieta a partir de las 10.00. A.A.