La concentración de los representantes de la mayoría sindical vasca recordó y se solidarizó con los dos transportistas que fallecieron la pasada semana en un accidente en la N-I a la altura de Gamarra.

Ante la sede de los empresarios alaveses (SEA), las centrales sindicales recordaron que la elevada siniestralidad laboral y el aumento de las enfermedades profesionales tienen mucho que ver con la presión que están ejerciendo sobre los trabajadores para que realicen su tarea con mayor rapidez. Ese hecho motiva, como explicaron los responsables de ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, que «la fatiga, el cansancio y la precariedad en las condiciones de trabajo son elementos consustanciales de esta actividad de conducir un camión, que ya de por sí es peligrosa».

En Gasteiz, ante el suceso, la centrales sindicales dejaron claro que «los responsables de la elevada siniestralidad son las condiciones en las que se obliga a trabajar a quienes tomamos un volante», precisaron. Porque, en realidad, al mal estado del pavimento de las vías de circulación se deben sumar los «altos ritmos en el trabajo, las jornadas interminables y los plazos ajustados de las cargas». Esa presión que soportan los transportistas termina por afectar a la actividad.

Ante el SEA, la mayoría sindical vasca recordó que los dos jóvenes transportistas además pertenecen a «un colectivo especialmente castigado por las condiciones de un mercado de trabajo en el que la precariedad, está a la orden del día» y donde «las condiciones de trabajo están degenerando cada día que pasa, porque priman los intereses empresariales y el beneficio sobre unas condiciones dignas y seguras para trabajar».

Una vez más en Gasteiz reiteraron que «no podemos permitir que el ir a trabajar se convierte en una actividad de riesgo y que cada día que lo hacemos no sepamos si vamos a volver sanos y salvos a nuestras casas». Por lo que exigieron actuaciones concretas de respeto a la salud de los trabajadores en «cualquier puesto y lugar».