Es uno de los actos más concurrido y exitoso de los sanfaustos basauritarras. Basta decir que el día en que se ponen a la venta los tickets para la alubiada popular hay cola desde antes de las 6.30 de la mañana. Ocurrió en ediciones precedentes y este año volvió a suceder. Entre pucheros, algunos de los veteranos de las cinco sociedades que ponen sus conocimientos culinarios a disposición de los mil comensales que reúne el acto, confirmaron a GARA que en cuestión de un par de horas los tickets, a 7, 5 euros, y con derecho a sentarse a mesa puesta y menú a base de alubias con sacramentos, postre, café y copa, vuelan.

Alrededor de 25 personas, a razón de cinco cocineros por txoko, se ocupan de los preparativos. Participan los txokos Ibaigane, Soloarte, Ariz, Bidebieta y San Fausto, y el trabajo comienza de víspera. Las alubias, alavesa con distinción de Euskolabel, se pusieron a remojo el martes y su preparación arrancó ayer a las 9.00.

Las cuadrillas, por su parte, se reparten las tareas de montaje de mesas y sillas, además de la disposición de los cubiertos, de servir llegado el momento y de recoger las mesas una vez se levantan los comensales.

Ayer, con las mesas ya dispuestas, nueve pucheros se repartían las alrededor de mil raciones, más las bandejas con sacramentos que se sirven aparte.

Con la lista de las compras en la mano, los cocineros resaltaban que habían preparado 950 kilogramos de alubias, 1.000 morcillas de arroz, 95 de puerro, 1.000 chorizos, 10 kilogramos de bacón, 35 de tocino y 75 de costilla, junto con 10 kilogramos de falda de ternera. Diez kilos de cebollas, 14 litros de aceite y 100 frascos de guindillas de Euskolabel conforman, entre otros ingredientes, el cuerpo fundamental de la alubiada que se puso en el fuego a las 9.00 de la mañana.

«Lo mejor es el ambiente»

Con el grueso del trabajo en marcha, a la espera del último herbor, los cocineros, más relajados, no dan tanta importancia a su trabajo como al ambiente que rodea la comida. «Lo mejor», según comentan. «Esto es una juerga, en cuanto se sientan unos tocan una cosa, otros otra, la gente empieza a cantar ...», señalaron a escasas dos horas de la llegada de los comensales.

Cerca de la carpa, gigantes y cabezudos, acompañados de gaiteros, descansaban tras la larga kalejira y un buen número de vecinos rodeaba la cinta que acotaba el perímetro reservado a los cocineros.

Alrededor del escenario que preside la carpa y las largas filas de mesas, los miembros de Herriko Taldeak repasaban los últimos preparativos. Llegados al ecuador de las fiestas, la valoración no puede ser mejor.

Arantza Dopiko, vicepresidenta de Herriko Taldeak, resaltó el ambiente vivido el primer fin de semana, pese a que la meteorología no acompañó. Destacó especialmente la alta participación en el desfile de las cuadrillas y la masiva afluencia de visitantes del sábado, por efecto de la llegada del suburbano a la localidad fabril.

Apuntó, asimismo, que no se han registrado incidencias reseñables de ningún tipo ni siquiera las habituales quejas vecinales por ruido, por lo que el balance hasta la fecha no puede ser mejor.

No obstante, Dopiko señala que los más intenso está por llegar. Ayer calentaban motores en la alubiada, hoy celebran la comida de las cuadrillas, unida a la festiviadad de San Fausto, y el segundo fin de semana se presenta a la vuelta de la esquina.

La comida que reúne a las cuadrillas en Arizgoiti es el plato fuerte del programa de hoy, que incluye otras propuestas como la soka-dantza con Edurre Dantza Taldea, a mediodía en la plaza San Fausto, o el corte a motosierra de figuras en madera, que tendrá lugar en la Plaza Arizgoiti, por la tarde.

En el recinto de txosnas, por otra parte, esta tarde celebran el «Perretxiko eguna» y los de SanFaustin tienen prevista una comida a base de pinchos morunos a horas intempestivas, si sobreviven al tercer encierro de abono con astados, «los mismos que cerraron Kukutza», reza el cartel.