Los coptos exigen la dimisión del Gobierno y más medidas de seguridad
Los coptos mostraron ayer su total desacuerdo con la actuación de las autoridades egipcias en los últimos enfrentamientos que se han cobrado la vida de, al menos, 25 personas por lo que exigieron la dimisión del Gobierno y más protección para los miembros de esta comunidad.
GARA | EL CAIRO
Representantes de la comunidad cristiana en Egipto exigieron la dimisión del Gobierno por la muerte de manifestantes en los últimos enfrentamientos. El presidente de la Organización de los Coptos en el país, Sherif Doss, acusó ayer en rueda de prensa al Ejecutivo liderado por Esam Sharaf de «ser incapaz de controlar los últimos sucesos en el país», por lo que consideró que éste ha perdido la confianza de su comunidad.
Doss lamentó los infructuosos intentos de las asociaciones cristianas de reunirse con el Consejo de Ministros desde la renuncia forzada del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero.
«Queremos mostrarle nuestros problemas claramente pero hasta ahora éste no ha puesto en marcha sus promesas con seriedad», subrayó.
El martes, el viceprimer ministro Hazem Beblawi presentó su dimisión ante la Junta Militar, que se negó a aceptarla.
Insatisfecho con esta respuesta, Doss insistió en reclamar responsabilidades políticas por la actuación del Ejército el pasado domingo en el centro de El Cairo que se saldó con la muerte de al menos 25 personas.
También arremetió contra los responsables de la televisión y la radio estatales por la cobertura informativa de los hechos, ya que «sus declaraciones carecieron de credibilidad, no se correspondieron con la realidad y pusieron a Egipto a un paso de la guerra civil y sectaria». Los principales medios culparon a los manifestantes de lo ocurrido, aunque posteriormente se vieron obligados a matizar esta primera versión de los hechos.
Para evitar un rebrote de la violencia, la Organización General de los Coptos destacó la necesidad de reforzar la reguridad de las iglesias y las instituciones coptas, sobre todo, de cara a las elecciones que se celebrarán a partir del 28 de noviembre. Además, pidió que se investigue al gobernador de la provincia de Asuán, donde la reciente quema de una iglesia prendió la mecha del descontento y motivó la protesta en la capital.
La Junta Militar salió al paso de estas críticas negando el uso de armas de fuego contra los manifestantes. En una comparecencia llena de tensión, el portavoz del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, el general Adel Emara, culpó a ciertas «personalidades egipcias» sin especificar de incitar a la violencia para «justificar una petición de injerencia extranjera».
«Primero los manifestantes atacaron con piedras a los tanques y después un civil entró en un carro para conducirlo y pasó por encima de vehículos y de gente», alegó el general Adel Emara.