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Bustillo y Maury proponen con «Livide» vampiros y mucha sangre en el Festival de Sitges

El tándem francés Alexandre Bustillo y Julien Maury, que hace cuatro años provocó el debate en el Festival de Sitges con su extrema «À l'intérieur», vuelven con «Livide», una historia de ribetes vampíricos.

Irene DALMASES (EFE) | SITGES

Después del primer pase de la película «Livide», que concurre a competición en el certamen y que provocó división entre el público, Alexandre Bustillo y Julien Maury participaron en una rueda de prensa en la que, además de tratar sobre su nuevo y esperado proyecto, reflexionaron acerca del actual momento del cine de género en el Estado francés, donde aseguraron que «tiene limitada su producción».

Bustillo aseguró que si han tardado tantos años en volver a las salas es porque, a pesar de las muchas ideas que han tenido en este tiempo, han surgido problemas de financiación y hasta ahora no han podido armar «Livide», con homenajes a la británica productora Hammer y al terror italiano.

Maury, por su parte, argumentó que el cine francés está muy protegido, ya que, «gracias a la legislación, se dedica un porcentaje por entrada a la producción nacional». Sin embargo, como las principales productoras son las televisiones y para los horarios de máxima audiencia quieren productos para todos los públicos, «se excluye al terror y no se asumen riesgos».

«Siempre -según Maury- cuando acabamos una película de género se nos dice que será la última y sólo hay tres o cuatro productores dispuestos, lo que limita las posibilidades de producción. Para `Livide' hemos contado con el mismo presupuesto que para la película anterior, y eso que el guión era mucho más complejo y necesitaba de más recursos».

En esta película la acción transcurre en un viejo y destartalado caserón en el que vive la señora Jessel, una anciana profesora de danza, postrada en estado de coma cerebral, que sólo recibe los cuidados de una enfermera, que un día acude hasta allí con su nueva y joven ayudanta Lucie.

Esa misma noche, Lucie y sus amigos Ben y Wilson deciden entrar por una ventana para intentar encontrar un tesoro que se dice puede haber en su interior. Nada será lo que parece y, con mucha música de fondo y danza de primer plano, empezará a brotar roja sangre por algunos de los rincones del edificio.

Mckee y Vigalondo

También ayer habló sobre su película el equipo de «The Woman», del director Lucky Mckee, un viejo conocido del festival desde que en el año 2002 triunfara con «May». Nombre clave del nuevo cine fantástico, Mckee adapta para su filme un relato del polémico Jack Ketchum -también en Sitges- protagonizado por una mujer salvaje (Pollyanna Mcintosh) a la que un abogado, llamado Christopher Cleek, tratará de civilizar.

Mckee se mostró encantado de poder regresar a este festival porque entiende que otros certámenes «están más orientados al negocio, mientras que Sitges es como una gran fiesta del cine, en la que películas muy extremas se pueden ver en una sala».

Por su parte, después de su paso por Toronto, Austin y Donostia, el equipo de «Extraterrestre», con Nacho Vigalondo al frente, también invadieron ayer con éxito el Festival de Cine de Sitges con esta película que su director considera la primera «consecuente con el fenómeno OVNI».

Para Vigalondo, en su película, en la que amor y género fantástico se funden, no ha hecho más que reflejar lo que ocurre con los extraterrestres en la Tierra a lo largo de los últimos cien años. «Se trata de una prolongación lógica de lo que han hecho los putos extraterrestres en la Historia, porque eso de que vienen a invadirnos es sólo una presunción. Aquí vienen a jodernos la cabeza. Sólo quieren atención, eso está claro. Si hasta ponen las luces a sus naves por la noche», precisó.

«`Extraterrestre' -continuó- es la primera película consecuente con el fenómeno OVNI, que no trata de invadir, sino de estar allí».

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