El presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, se dirigirá hoy a la Cámara de diputados y planteará la cuestión de confianza mañana, para poner fin a la situación de minoría en que quedó el Ejecutivo el martes tras una votación sobre un documento puramente técnico.

El jefe del grupo parlamentario del PDL, Fabrizio Cicchitto, rechazó que exista riesgo de una crisis de gobierno y opinó que «la oposición se equivoca si toma la votación de ayer -por el mates- como un voto de censura al Gobierno».

El martes, el Ejecutivo quedó en minoría durante una votación del primer artículo del presupuesto del Estado Italiano para 2010, un texto cuya adopción, a la que la Constitución italiana obliga cada año supone habitualmente una mera formalidad. La oposición de izquierdas y de centro reclamó inmediatamente la dimisión del Gobierno, afirmando que ya no tenía mayoría parlamentaria

Berlusconi y su entorno, por el contrario, restaron importancia a la situación y dijeron que no se trata más que de «un incidente corriente»

Según fuentes políticas, el Ejecutivo italiano ha quedado en minoría en ocho ocasiones en el Parlamento sólo durante el mes de setiembre y al menos 90 veces durante la legislatura, que concluirá en primavera de 2013. El presidente Giorgio Napolitano, cuyo papel se limita a garantizar las instituciones, mostró su preocupación en un comunicado «por las tensiones en el seno del Gobierno y de la coalición» y se preguntó «si la mayoría está en condiciones de trabajar con la cohesión necesaria».

La votación de mañana será la 51 cuestión de confianza para la coalición gubernamental desde el inicio del mandato de Berlusconi en 2008.

Discrepancias internas

La ausencia durante la votación del ministro de Economía , Giulio Tremonti, y del ex ministro Claudio Scajola alimentó las especulaciones de los medios italianos sobre la existencia de discrepancias en el interior del PDL.

Durante las últimas semanas, Scajola y el senador Beppe Pisanu, dos democristianos históricos, han encabezado un grupo de una treintena de diputados que reclaman a Berlusconi una ampliación de la mayoría gobernante a las formaciones centristas. Según los medias, este grupo buscaría incluso un nuevo Ejecutivo sin Berlusconi.

Otra dificultad para el primer ministro son las fuertes tensiones con el ministro Tremonti, apreciado en el extranjero por su gestión de las cuentas públicas, pero al que Berlusconi reprocha actuar con demasiada autonomía.