Vaya nivelazo el de nuestros lehendakaris en el sur del país. A ver cómo lo explicamos sin que nos caiga una querella por escribir palabrotas. Tenemos, por un lado, a un hombre que se pasa la vida en fuera de juego. No se trata, no, de ese tipo de delanteros que apura la línea de la defensa a la espera de cazar su oportunidad.

Éste pulula cuatro o cinco metros por detrás, y cuando el juez de línea levanta la bandera, pone cara de póker, se toca el pecho con el índice y pregunta: «¿Quién, yo?». Como no las huele ni aunque se las pongan en la raya y sin portero, se sospecha que lo han empaquetado rumbo a los IU-ES-EI para que no sea un lastre para su equipo, que se apresuró deshacer el entuerto en la medida de lo posible mientras el avión cruzaba el Atlántico.

Como muestra otro botón. El pasado lunes, en un almuerzo de trabajo con el presidente de la Comisión Europea, nuestro insigne personaje no tuvo mejor idea que sacar su móvil, hacerle una foto a Durao Barroso -la imagen da la sensación de que lo hizo casi a escondidas (http://instagr.am/p/PtuCU/)- y colgarla en su Twiter. Vamos, como si fuera una teenager en presencia del mismísimo Justin Bieber. No quiero pensar qué puede hacer si en este viaje se topa con Obama, lo mismo se despoja de los calzoncillos y se los lanza.

Y qué contar de la presidenta de Nafarroa. Después de reintegrarse a la Universidad Pública durante tres semanas para chupar del bote en el periodo comprendido entre dejar la Alcaldía de Iruñea y asumir su nuevo cargo, ahora se ha destapado el millonario cobro de dietas por su participación en diferentes órganos de la CAN. Pues bien, la señora -como diría su ínclito vicepresidente, Roberto Jiménez- tiene el morro de decir «no es cuestión de mirar atrás» y que a partir de ahora todo va a cambiar. Muy legal, aquí paz y después gloria. Si falta cemento para alguna obra, en su jeta lo hay por toneladas. Sólo es cuestión de imaginarse a El Dioni pronunciando esa misma frase cuando lo extraditaron desde Brasil. Eso sí, de la pasta del furgón blindado nunca más se supo.