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Condenas de 2 años y de 8 y 6 meses de prisión para tres vecinos de Aristregi implicados en una pelea

GARA | IRUÑEA

La Sección Primera de la Audiencia Nacional de Nafarroa ha condenado a dos años de prisión por homicidio en grado de tentativa a uno de los procesados por la reyerta en la que se enfrentaron miembros de las familias Urriza y Auza en octubre de 2010 en Aristregi. Otros dos procesados en relación a los mismos hechos han sido condenados a penas de 8 y 6 meses de prisión, respectivamente, por un delito de lesiones.

La sentencia obedece a un acuerdo de conformidad alcanzado por las partes, que evita la celebración del juicio. Con arreglo al fallo, otros dos procesados han sido condenados al pago de indemnizaciones, en un caso en concepto de daños y amenazas, y en otro, por una falta de lesiones.

Los sucesos por los que estaban procesados varios miembros de las familias Urriza y Auza se remontan al 11 de octubre de 2010, aunque según precisa el fallo, las malas relaciones entre ambas partes venían de atrás, con «multitud» de denuncias interpuestas entre sí y respeto de otros vecinos.

La reyerta surgió cuando Fidel Francisco Urriza y su hijo Martín se encontraban arreglando una cerca a las afueras de la población, lugar en el que se presentaron José Auza y su hijo Juan José, el primero con el bastón que necesita para desplazarse, y el segundo con una vara de madera «larga y fina».

Heridas de muerte

Sobre la pelea que se desencadenó, la sentencia señala, entre otros detalles, que Juan José Auza propinó dos golpes en la cabeza a Martín Urriza, ante lo que el padre de éste «temiendo que hubiera fallecido» se lanzó contra el primero y le causó heridas de navaja en varias partes del cuerpo, que «le hubieran causado la muerte de no ser por la rápida intervención de las asistencias sanitarias».

La Audiencia ha tenido en cuenta, en los casos de Fidel Francisco Urriza y José Auza las circunstancias atenuantes «muy cualificadas» de legítima defensa y reparación del daño, mientras que en el caso de Juan José y María Aranzazu Auza ha apreciado atenuantes «muy cualificadas» de reparación del daño.

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