El informe de la Cámara de Comptos sobre la concertación sanitaria con el hospital San Juan de Dios ha resultado demoledor. La derivación de pacientes está elevando los costes de algunas de las intervenciones y los datos que presentó el Gobierno no se ajustan a los que le ha remitido el centro hospitalario.

En Nafarroa se ha implantado desde hace años un esquema sanitario que favorece los intereses de los centros concertados, gracias a la denominada Ley de Garantías Sanitarias. Según esta normativa, el Gobierno puede derivar a cualquier paciente a una clínica privada si lleva demasiado tiempo en las listas de espera. Durante el mandato de la consejera María Kutz se procedió a la eliminación soterrada de unos 600 puestos de trabajo, adelgazando así las capacidades de Osasunbidea para atender a los ciudadanos en el sector público y aumentando las derivaciones.

Ayer, la parlamentaria de Nafarroa Bai, Asun Fernández de Garaialde, exigió que alguien asuma la responsabilidad de «falsear» el informe sobre la derivación a San Juan de Dios. Además, puso de manifiesto sus dudas de que la derivación de otros pacientes a la clínica del Opus Dei o a San Miguel resulte tan poco rentable como la de San Juan de Dios. La parlamentaria insinuó que el motivo último de este envío de pacientes a centros privados puede estar en la cercanía de sus dueños a las tesis de UPN. Frente a ello, Garaialde criticó la rebaja del concierto con el centro Josefina Arregi, de Altsasu, detrás de la cual intuye la «decisión política de cerrarlo». Por otro lado, denunció la externalización de las comidas en el Centro Hospitalario de Nafarroa.