El cambio de la belleza del paisaje tras la intervención humana
La exposición «Nuevas topografías: Fotografías de paisajes alterados por el hombre», que en 1975 cambió el modo de percibir la relación entre el paisaje y el ser humano, llega al museo de Bellas Artes de Bilbo, donde permanecerá hasta el próximo 8 de enero.
Ane ARRUTI | BILBO
Moteles al borde de solitarias carreteras, factorías abandonadas, minas, caravanas, cabinas de teléfono... La revolución tecnológica e industrial provocaron un cambio radical en la manera en que se percibía el paisaje y, ese cambio, se vio reflejado en la exposición «New topographics». Comisariada por William Jenkins, fue organizada en 1975 por la George Eastman House de Nueva York. Entonces participaron diez artistas, con cerca de 170 fotografías, pero, a pesar de la trascendencia de la muestra, no fue visitada por demasiada gente.
Con el objetivo de responder al interés suscitado ahora, el Center for Creative Photografphy de la Universidad de Tucson (Arizona, EEUU) reconstruyó gran parte de la exposición en 2009 y, tras pasar por varias ciudades de todo el mundo, llega ahora al museo de Bellas Artes de la capital vizcaina. Ramón Esparza, comisario de la muestra de Bilbo, explicaba ayer la relevancia de la exposición: «Nuestros conceptos de paisaje, incluso hoy en día para muchos, siguen anclados en lo que es la visión romántica. Seguimos anclados en el concepto de lo sublime, en la idea de la naturaleza virgen, esos grandes espacios, esa visión dramática y, en última instancia, una visión moral del paisaje. La naturaleza intacta nos evoca a una limpieza, hay una serie de valores religiosos y morales incluidos ahí», explicó.
Pero esa percepción cambia radicalmente: «Lo que propone es un cambio de mentalidad. Pasamos de una naturaleza virgen, a la relación del hombre en la naturaleza. Esto abre una vía enorme, tanto en la fotografía americana, con gran tradición de paisajismo, como en Europa, donde el género del paisaje había desaparecido prácticamente».
Diez autores
La exposición original recogía el trabajo de diez fotógrafos: Robert Adams, Lewis Baltz, Jose Deal, Frank Gohlke, Nicholas Nixon, John Schott, Stephen Shore, Henry Wessel Jr. y los alemanes Bernd y Hilla Becher. Con estas imágenes, «definieron un nuevo concepto de paisaje, alejado de la tradición romántica y centrado en la relación entre la naturaleza y el ser humano tras la industrialización», señalaron ayer y, hoy en día, «su influencia se percibe en el arte conceptual, el land art y la arquitectura».
La muestra de Bilbo ha reunido más de un centenar de fotografías de nueve autores, tanto en blanco y negro como a color, «con el fin de analizar la renovación estética del paisajismo fotográfico norteamericano de finales de los años setenta».