El presidente, Barack Obama, Obama se echó ayer a la carretera para recorrer en autobús la América profunda en una contraofensiva frente a sus rivales republicanos, a los que calificó como el partido del «no», en defensa, principalmente, de su ambicioso plan de empleo. Ayer por la mañana se esperaba su llegada en Asheville, un pequeño pueblo de Carolina del Norte, al pie de los Apalaches, y hasta el miércoles por la tarde tiene previsto recorrer en un autobús blindado -el mismo que utilizó en agosto en una iniciativa similar por el norte agrícola del país- más de 900 kilómetros en autobús hasta Richmond, en la costa atlántica de la vecina Virginia.

Con un ritmo digno de las últimas semanas de la campaña presidencial, Obama realizará tres discursos diarios, sin contar las posibles paradas improvisadas en contacto con los habitantes de estos estratégicos estados en el mapa electoral.

Aeropuerto, universidad, centro de formación profesional, parque de bomberos, base militar: en cada etapa, Obama recalcará su llamamiento al Congreso para que apruebe las me- didas de su plan de empleo, una partida de 447.000 millones de dólares destinada a reactivar la actividad económica y rebajar la tasa de desempleo, obstinadamente elevada (9,1 %), herencia de la recesión y que puede pesar sobre sus posibilidades de reelección.

La minoría republicana rechazaró el martes en el Senado el examen del plan de empleo en su totalidad, pero el presidente se ha comprometido a trabajar por la adopción de medidas individuales.

«En los actos públicos previstos cada día, el presidente va a desafiar al Congreso para empezar a trabajar esta semana para adoptar cada elemento (del plan), uno tras otro», señaló el domingo el portavoz adjunto del la Casa Blanca, Josh Earnest.

Pero el Senado tiene una apretada agenda esta semana y la próxima estará de vacaciones, por lo que es poco probable que responda a las preocupaciones de Obama hasta principios de noviembre como muy pronto.

Evitar despidos e inversiones

Earnest indicó que Obama defenderá una partida de 35.000 millones de dólares, destinada a sostener financieramente a las comunidades locales para «evitar despidos de profesores, policías y bomberos», e inversiones por 50.000 millones de dólares en infraestructuras, que crearían «cientos de miles de puestos de trabajo de inmediato».

Los republicanos se oponen a la financiación de este plan, la mitad proporcionada por la expiración de la reducción de los impuestos a los más ricos y la anulación de los incentivos fiscales para las grandes empresas.

Cientos de personas esperaban ayer a Obama en el aeropuerto de Asheville para el primer discurso de su gira.

La Casa Blanca negó haber elegido Carolina del Norte y Virginia por motivos electorales. Candidato a la reelección en noviembre de 2012, Obama ganó en 2008 en esos dos estados del viejo sur conservador y rico en electores, la primera victoria de un demócrata en Carolina del Norte desde 1976 y en Virginia desde 1964.