Inculpan al jefe del contraespionaje galo en el «caso Bettencourt»
GARA |
El jefe del contraespionaje francés, Bernard Squarcini, fue inculpado ayer en relación con el supuesto espionaje telefónico de un periodista del vespertino «Le Monde» que investigaba sobre el caso de la multimillonaria heredera de L'Oreal, Lilliane Bettencourt. El caso adquirió ramificaciones político-financieras que apuntaban directamente al exministro de Presupuesto, Eric Woerth, y afectaron al presidente, Nicolas Sarkozy.
Se le acusa de «atentado contra el secreto de correspondencia», «colecta ilícita de datos» y «receptación del secreto profesional», según su abogado, que agregó que Squar- cini «asume totalmente la responsabilidad de las verificaciones técnicas hechas por su servicio».
Bajo tutela familiar
También ayer la Justicia francesa puso bajo tutela a Liliane Bettencourt, de 88 años, que pierde así la batalla judicial con su hija, con quien se enfrenta desde hace años por la gestión de sus bienes. El mayor de los nietos de Bettencourt, Jean-Victor Meyers, se encargará de su tutela personal, mientras que sus bienes y fortuna serán gestionados por sus dos nietos y por su hija, Françoise Bettencourt-Meyers.
Los abogados de Bettencourt anunciaron que recurrirán la sentencia, aunque ésta tendrá efecto inmediato. Sin embargo, la decisión no tendrá efectos sobre L'Oréal y la tutela no se notará en «los equilibrios del accionariado» del grupo de cosmética ni sobre los acuerdos alcanzados en 2004 con el grupo suizo Nestlé, el otro gran accionista de la marca, declararon sus tutores.
Con la decisión de ayer, la hija de Bettencourt se apunta una victoria que persigue desde 2007, cuando denunció por abuso de poder a un fotógrafo íntimo amigo de su madre que recibió millones de euros en regalos. El cisma familiar hizo que en 2009 salieran a la luz grabaciones clandestinas registradas por el mayordomo de Bettencourt, que acabaron salpicando al Gobierno.