IMPACTO | REPERCUSIÓN DE LA JORNADA EN EUSKAL HERRIA Y EL MUNDO
Seguimiento importante en los medios europeos; «inquietud» en los españoles
El término «inquietud» fue repetido varias veces por Iñaki Gabilondo en su habitual columna en la edición digital de «El País», un mensaje que reflejaba bastante bien la reacción de los principales medios españoles, volcados en ningunear a los expertos internacionales o, en el mejor de los casos, en quedarse sólo con parte de lo pronunciado por éstos en Donostia.
Josu JUARISTI
Pero lo cierto es que, aunque fuera utilizado para repetir de forma machacona un mensaje manido, ajado y radicalmente ajeno a lo que cualquier estadista europeo relaciona con el sentido común, las ediciones digitales de la prensa española dedicaron muchísimo espacio a abordar lo dicho y visto en la Conferencia Internacional celebrada en Donostia.
Medios como «El País», «El Mundo», «La Vanguardia», «Público», «ABC» o «La Razón» mantuvieron durante toda la jornada la noticia como primera, y de forma muy destacada. Algunos de ellos reflejaban una línea más o menos sobria o informativa, al estilo de «El País», que titulaba así: «La Conferencia pide a ETA el final y a España y Francia que dialoguen». «Ara», desde Catalunya, incluía también esa demanda que la Conferencia realizaba a ambos estados para que aceptasen el diálogo.
«El Mundo» fue afinando su titular hasta dar con éste: «La Conferencia pide el fin definitivo de ETA y el Gobierno que se disuelva `sin más'».
Nadie como «ABC», sin embargo, para dar caña en su estilo: «La `Conferencia de Paz' acepta las condiciones de los terroristas». Es de suponer que sus lectores amanecerán mañana bastante preocupados.
De vuelta a «El País», sus columnistas trataron de marcar a sus lectores lo que debían pensar, sin dejar mucho espacio para que éstos se formen su propia opinión. Pero para ello, claro está, deberían recibir toda la información. Luis R. Aizpeolea, por ejemplo, se quedaba sólo con el primer punto de la declaración leída por Bertie Ahern, y Gabilondo, como ya ha quedado expresado, mostraba y demostraba su «inquietud».
Preocupación, quizás, porque siete de los diez temas más comentados en Twitter en el Estado español tenían que ver con la Conferencia, porque el mundo comienza a poner la lupa no sólo en una parte y porque, de hecho, habla y se dirige también a la otra. Pero cualquier político europeo conoce perfectamente la tan arraigada costumbre española de no aceptar lecciones ni consejos, ni tan siquiera comentarios, de fuera. Así les va, claro está, en los despachos y pasillos de la UE. Y así comienza a irles, también, en cuestiones que siempre han sido calificadas interesadamente como «internas».
No les gustan ni las conferencias internacionales ni los expertos. Media Europa debe de estar cuando menos sorprendida por la facilidad o ligereza con la que algunos políticos y medios se permiten despreciar a personalidades de tal nivel.
El hecho cierto es que medios de comunicación como «Der Spiegel» en Alemania, «The Guardian» o «BBC» en Gran Bretaña, «Irish Times» en Irlanda, «Le Monde» y «Libération» en el Estado francés o la CNN dedicaron un espacio destacado al seguimiento de lo que en Donostia acontecía ayer. En algunos casos, como primera noticia en la sección digital de Internacional («Spiegel», por ejemplo); en otros, como primera noticia en la sección de política europea («Le Monde» y, de forma muy destacada, la BBC).
La BBC, curiosamente, informaba a sus lectores digitales al inicio de su artículo que en la cita de Donostia no había ningún representante de ETA ni del Gobierno español.
Para la CNN era primera noticia en las Top Europe Stories, y el «Irish Times» aportaba una fotografía en la que aparecían Currin y Ahern departiendo con el diputado general de Gipuzkoa y el alcalde de Donostia.
«Spiegel» calificaba la jornada de histórica. Todos estos medios destacaban en su titular el llamamiento realizado a ETA para que haga una declaración pública de cese definitivo de la actividad armada, pero también recogían declaraciones realizadas, por ejemplo, por Annan, Adams o Ahern.