
Una noche siniestra
Natxo MATXIN
Osasuna sigue sin rascar bola en San Mam�s en los �ltimos tiempos. Otra vez el desacierto defensivo, una din�mica que peligrosamente se est� convirtiendo en constante, determin� que los rojillos volviesen a salir goleados de La Catedral. Los de Mendilibar, que ve c�mo a sus desafortunadas declaraciones se va a sumar este adverso resultado, lo que hace que la semana se presente calentita, tuvieron en sus botas tambi�n la coyuntura de haber llevado la iniciativa en el electr�nico, pero el punto de mira, aunque esta vez s� encontr� puerta, se encontr� con la barrera de Gorka Iraizoz, lo que permite incrementar el bagaje negativo de las visitas a Bilbo.
Y todo lleg� por la izquierda, lo bueno y lo malo. S�lo que lo primero no lo supo materializar Osasuna y lo segundo, contrarrestar. Consecuencia: tremendo castigo ya antes de irse al descanso. Lo dicho, fue precisamente por el carril zurdo por donde Lamah supo tirar de su velocidad para hacerlas pasar canutas a Iraola y, de paso, amortiguar un nervioso inicio rojillo, con los primeros desajustes defensivos que luego se tornar�an trascendentales en el marcador final. El belga superaba una y otra vez al lateral internacional, en algunas ocasiones demasiado individualista en sus acciones y en otras combinando con un Nino que se top� con un Iraizoz infranqueable en la tarde noche de ayer.
El de Antsoain necesit� de todo su cuerpo, costillas incluidas, para evitar que los visitantes se pusieran por delante. Quiz�s estar�amos hablando de otro resultado si ello hubiese ocurrido, pero el f�tbol es eficacia y cuando los de Mendilibar se plantaron frente al marco rival no supieron sortear el muro del guardameta navarro. Nino todav�a dispuso de otra en la ejecuci�n de una semi chilena sin direcci�n adecuada, que se march� arriba. No se hab�a llegado al cuarto de hora y era Osasuna quien m�s peligro generaba, sin ser consciente de la gruesa penitencia que se le ven�a encima merced a sus clamorosos errores en la l�nea de atr�s.
Y es que ese ala siniestra -nunca mejor empleado el doble significado para los intereses rojillos- tambi�n fue la de las carencias. Los tres goles llegaron de ese costado, donde Susaeta camp� a sus anchas para dar asistencias mortales, mientras Dami� parec�a no enterarse de la fiesta ni Sergio apoyarle demasiado en la empresa. Cierto es que los encarnados no hab�an acumulado tantos dem�ritos en el c�mputo global como para padecer semejante escarnio, pero al m�s alto nivel no se pueden cometer semejantes fallos sin que te hinquen la puya. Y el Athletic encima ten�a el d�a sembrado.
Roversio fue reemplazado por unas molestias musculares, pero su sustituto, Lolo, se encarg� de demostrar con apenas seis minutos sobre el c�sped -dej� que se anticipase Javi Mart�nez en el tercero- que m�s que cuesti�n de nombres, la clave de tal circunstancia m�s habr�a que encontrarla en la actitud-tensi�n generalizada o la coordinaci�n de toda una l�nea. Una tercera diana que, todo sea dicho y a�n siendo complicado remontar los dos goles anteriores, dej� muy tocada a la escuadra navarra por el minuto y c�mo se produjo.
Con la moral por los suelos despu�s de la triple losa de la primera parte, Osasuna se sali� del partido, ya m�s pensando en el Zaragoza que en un milagroso revolc�n. Eso permiti� que su adversario se desenvolviese con mucho mejor criterio -los de Bielsa siguieron circulando a toda velocidad por la autopista de su banda derecha-, llegando con mayor claridad al �rea de Andr�s Fern�ndez y generando m�s peligro. Parad�jicamente, y as� es el f�tbol, los rojillos no s�lo encajaron ni un s�lo gol pese a que jugaron bastante peor que lo que lo hicieron en la primera media hora, sino que incluso anotaron uno, aunque fuese para el anecdotario. De hecho, Iraizoz pas� de ser h�roe a espectador de lujo, dado el escaso trabajo al que le sometieron los navarros tras pasar por vestuarios.
Ni una sola elaborada oportunidad computaron los navarros, arrastrados por la corriente de un electr�nico demasiado adverso e infligido en momentos claves del derbi. El Athletic jug� todav�a m�s c�modo cuando Osasuna se qued� con diez -un acelerado Lamah, que ya hab�a tenido sus m�s y sus menos con Iraola, al que le gener� muchos problemas, vio dos amarillas en apenas siete minutos-, pero sin que ello se tradujese en mayor expiaci�n para los de Mendilibar. El penalti que se sac� de la chistera Estrada Fern�ndez -el leridano quiso pitar a la inglesa, pero no dej� contentos ni a unos ni a otros- y los primeros minutos ligueros de Annunziata esta temporada -podr�a ser el sustituto de Lamah frente a los ma�os- fueron lo �nico rese�able de una segunda parte que se podr�an haber ahorrado los aficionados, al menos los rojillos.