Vera y el director gerente del Servicio Navarro de Salud, Ángel Sanz, comparecieron ayer en rueda de prensa para justificar unas medidas que persiguen «la modernización y mejora del servicio público de salud», aunque admitieron que «como pasa siempre que se acometen proyectos de esta envergadura, habrá quien se sienta perjudicado».

Con la externalización de las cocinas del Complejo Hospitalario, se contempla que sea una empresa privada, que aún está por determinar, la que, de forma centralizada, gestione el servicio. «La externalización de estos servicios, al no formar parte del núcleo de actividad de los hospitales, se ha convertido en la forma más eficiente de garantizar la máxima calidad, trazabilidad y seguridad en la alimentación sanitaria», aseguró Vera.

Según los datos aportados ayer, actualmente 204 personas trabajan en el servicio de cocinas del Complejo, 126 fijas, que seguirán empleadas en el servicio público de salud con la misma categoría, aunque serán «reubicadas», y 78 eventuales que, según Sanz, se tratará que sean incorporados preferentemente en la plantilla de la empresa adjudicataria.

Asimismo, indicó que, con los servicios actuales, la dieta diaria de cada paciente cuesta, incluyendo desayuno, comida, merienda y cena, 29,94 euros, mientras que, externalizándolos, se pretende reducir su precio hasta los 19,60 euros que cuesta en el hospital Reina Sofía de Tutera, donde ya se ha aplicado esta medida.

Esto supondría un ahorro de entre 3 y 4 millones de euros, en un servicio que, en 2010, generó un coste directo de 9,8 millones de euros y en virtud del cual se sirvieron 328.482 dietas.

Adaptarse a la normativa

Vera señaló otros problemas que se derivan de que las cocinas estén integradas en el propio Complejo, como su antigüedad, «que hace que precisen una adaptación a la normativa vigente», y su propia ubicación en los servicios hospitalarios.

Por otra parte, aclaró que seguirá siendo la sección de Dietética y Nutrición Clínica del Complejo la encargada de supervisar y marcar las pautas nutricionales de cada uno de los menús que se distribuyen a los pacientes.

En cuanto a la unificación de los laboratorios de la Comunidad, Sanz aseguró que no se trata de una medida de recorte, sino de «eficiencia», ya que, actualmente el coste por habitante y año es de 45 euros, mientras que, con la centralización y robotización de estos centros, se reduciría a 11,5 euros.

Asimismo, enfatizó que no se verá disminuida la calidad de las prestaciones que recibe el paciente, y que lo que se unificará serán las técnicas de diagnóstico, y no los lugares de extracción, por lo que en ningún caso el paciente tendrá que trasladarse para hacerse los análisis.

Por ello, rechazó que, como han denunciado los sindicatos de salud en los últimos días, se esté asistiendo a un deterioro progresivo del sistema público, y agregó que afirmaciones como la de que se está atacando frontalmente el Servicio Navarro de Salud sólo sirven «para alarmar injustificadamente a la población».