Iosu Madrid ,izaronews.com ,2011/10/27
España tiene un problema
Ya no les vale. Se acabó la tan utilizada política del avestruz. El mirar hacia otro lado. El ignorar las denuncias de violación flagrante de derechos individuales y colectivos. De mofarse y reírse a carcajadas de las propuestas hechas en sede parlamentaria. De las manos tendidas, sistemáticamente mordidas por los perros guardianes de rancias y anacrónicas españolidades. Ha llegado el momento de mirar cara a cara al nuevo tiempo que llega, que ya está aquí. (...) Ahora le toca a España mover ficha.
(...) Ya no les vale volver a desviar la atención con nuevas exigencias: Primero, entrega de armas. Segundo, pedir perdón a las víctimas. Tercero, pago de las indemnizaciones y cumplir estrictamente pena sobre pena de prisión. ¿Cuarto?: ¿Saludo a la bandera, juramento de españolidad, renuncia de origen, lobotomización, corte generalizado de venas...? El conflicto vasco, causa última, mal que les pese, del terrorismo, sigue ahí. No había desaparecido por arte de magia. Ya estaba hace quinientos años. Y sigue y seguirá presente mientras su solución no sea asumida por las partes enfrentadas.
Y hablando de perdón, ¿por qué solo se oyen las voces -muchas de ellas sobreexcitadas- que exigen que se pida perdón solo a una de las partes? (...)
Hay que hablar y mucho sobre perdones y víctimas. (...) Pero de todos y de todas, sin excepción.
Qué es si no lo que pretenden asociaciones como la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo), una organización que explota de forma miserable el legítimo dolor de las verdaderas víctimas del terrorismo y que, desde su inmensa desvergüenza, pretende conducir la política española por los caminos de la venganza, la subvención y la influencia política.
La mayoría de la sociedad vasca (...) desea dar por finiquitado ese conflicto mediante una cosa de lo más simple: que se les consulte. Ahí es donde duele la cosa. Lo saben, lo intuyen: `estos se nos escapan'. Y es que ahora lo tienen más jodido. [Ya no vale] lo de tomar el todo por la parte, es decir, de interpretar la voluntad del Pueblo Vasco por lo que opina el 20% de su población. Ni apelar obscenamente a las víctimas ni a seguir utilizando a los presos -solo quedan presos de un lado. ¿Dónde están los presos del otro?- como moneda de cambio. Ya no valen trampas, ni juegos de trileros, ni barajas marcadas. El sentimiento independentista vasco ha levantado, ¡y cómo!, la cabeza. Y España tiene un problema.