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Bikendi Barea, Fernando Ibiltzieta, Garazi Urrestarazu, Parlamentarios de Bildu y alcaldesa de Altsasu, respectivamente

Sakana, una situación ineludible

No se pueden desarrollar y afianzar proyectos de futuro estable tan solo con la palabra y las declaraciones bienintencionadas de discursos solidarios y vacíos de soluciones

Es un hecho constatable que la evolución socioeconómica de la Sakana, en lo que concierne al empleo y al tejido industrial en los últimos años, ha sufrido un deterioro y retroceso significativo y dramático. Los niveles del desempleo se están incrementando de forma inexorable y sin freno, acumulando parámetros desconocidos desde hace décadas, concretamente la cifra del paro en la localidad de Altsasu se ha triplicado desde 2008; en aquel año la tasa de paro era del 8%, situándose en la actualidad alrededor del 23%.

En toda la comarca se han alcanzado cifras superiores a los 1.550 desempleados y desempleadas, siendo las mujeres trabajadoras y los trabajadores menores de 44 años los que sufren con más crudeza los efectos de la crisis y la falta de trabajo; con un 57% y un 64%, respectivamente. Estos afectados representan en la zona un porcentaje del 122,5% desde el inicio la crisis, frente al 86,5% del resto de Navarra.

En el sector industrial, clave en la región, este incremento del desempleo ronda el 175% y continúa con su evolución negativa alcanzando los EREs el centenar, con un total de 3.000 trabajadores y trabajadoras afectados por expedientes de suspensión o extinción. Las últimas circunstancias adversas elevaban la posible casuística, con los casos de la fábrica de Sunsundegui y la Clínica Josefina Arregui; ambos casos en distintos grados de resolución y afianzamiento, pero todavía muy lejos de otorgar a los trabajadores y trabajadoras una seguridad completa y concluyente respecto a su futuro.

Si el Gobierno de Navarra es incapaz de encauzar y dar una solución definitiva y estable a los graves problemas de la Sakana, será responsable de una gran vía de agua de graves e imprevisibles consecuencias en la línea de flotación del empleo y la industria en Navarra.

Proyectos faraónicos de muy poco o nulo recorrido social y limitado alcance en la generación de empleo, como el circuito de los Arcos, las autovías, el Reyno Arena, las obras del TAV...; el juego público en la bolsa privada con las acciones de Iberdrola; la CAN; la ciudad de la Seguridad; los sobresueldos y dietas que soportamos los ciudadanos y ciudadanas; todo este despilfarro público habría ayudado y ayudaría a consolidar la economía y el estado de bienestar en Navarra si se encaminara con acierto y tino en la dirección correcta.

Por el contrario, toda la sociedad navarra recibe y soporta indignada recortes presupuestarios para adaptarse a esa nueva divinidad del ajuste del déficit, salud, enseñanza políticas sociales, son los nuevos ángeles caídos, los condenados al infierno.

No se pueden desarrollar y afianzar proyectos de futuro estable tan solo con la palabra y las declaraciones bienintencionadas de discursos solidarios y vacíos de soluciones.

No se apuesta por los trabajadores y trabajadoras en el paro articulando planes que han demostrado su ineficacia y que lejos de resultados y aciertos sólo dan cobertura mediática a quien enmascara su incompetencia.

Es hora que la Administración navarra deje de mirar de soslayo a la Sakana, es el tiempo de los compromisos y de la apuesta inequívoca por una zona que ha demostrado su capacidad y su potencialidad.

La obligación indiscutible del Ejecutivo es liderar la regeneración de los territorios más afectados por la crisis, independientemente de la procedencia o el espectro ideológico mayoritario y, desafortunadamente, esta zona de Navarra es un ejemplo paradigmático de ello.

La opción de compra definitiva y no transitoria por parte de Sodena o la búsqueda de uno o varios socios capitalistas, es una obligación que se debe marcar la consejera a corto plazo. Estas posibilidades no se pueden asentar ni afianzar recortando el empleo o las condiciones y derechos de los trabajadores de la planta.

La parte social ya ha dejado en el camino parte de lo que durante años le ha costado conseguir. Los hechos deben arropar a las palabras y las preocupaciones se deben plasmar en acciones.

La situación coyuntural y estructural de la industria en la Sakana necesita una reactivación urgente, un punto de inflexión que revierta la situación a la baja sobre todo en el terreno industrial y en este sentido, el Gobierno de Navarra tiene una responsabilidad urgente e ineludible.

Hay que crear los mecanismos que faciliten y favorezcan este cambio de timón y rumbo, el Ejecutivo y la consejera no se pueden escudar en lo que está estructurado, hay más de 42.618 razones que desacreditan los planes anticrisis, moderna y empleo.

Es necesaria la colaboración de todos los agentes políticos, económicos y sociales para que el problema que más preocupa a los ciudadanos y ciudadanas navarras empiece a tener las herramientas y actuaciones que, sin duda, merece.

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