GARA |

La Policía Foral dejó ayer en libertad con cargos por «atentado a la autoridad» a Julio Villanueva, Gorka Ovejero e Ibon García, los tres opositores al TAV a los que se acusa de propinar sendos tartazos a la presidenta del Gobierno navarro, Yolanda Barcina, durante la reunión del Comité de Trabajo de los Pirineos (CTP).

El movimiento Mugitu, colectivo al que pertenecen los tres activistas, denunció ayer el hecho de que se les impute un delito de «atentado a la autoridad», ya que es «la única forma de que el caso sea competencia de un tribunal español», más concretamente de la Audiencia Nacional.
A juicio de Mugitu, el Gobierno navarro está actuando con un «ánimo claramente criminalizador» para presentar como delito «un acto cómico de protesta realizado sin ánimo de causar daños y que en Francia no supuso ni siquiera una detención».

Denunció, asimismo, que se haya obligado a los detenidos a dar muestras de ADN, no obligatorias, que se corresponden a la averiguación de un delito, que en este caso no tiene ningún sentido porque se trataba de una acción pública, así como el trato recibido por uno de los detenidos, al que se le ha impedido dormir durante la noche y al que negaron, incluso, una segunda manta.

Por otra parte, Mugitu informó de la colocación de miles de pegatinas contra el TAV, en diferentes puntos de Euskal Herria, «con el objetivo de sacar a la calle, de una forma visual y descentralizada, la oposición a esta destructiva infraestructura». Los adhesivos presentan un convoy del TAV en forma de monstruo mecánico devorando un pueblo.