Iñaki LEKUONA | Periodista
Trick or treat
Aunque la tradición de Halloween nació en Irlanda, la víspera de Todos los Santos se globalizó, como tantas otras costumbres, desde Estados Unidos. La invasión se huele al sur de los Pirineos, pero al norte ya es un hecho. Los disfraces monstruosos acompañados del consabido trick or treat ya forman parte del paisaje cultural de cartón piedra que algunos se empeñan en construir, como si el autóctono no fuera suficiente.
Otro paisaje, el social, también se está construyendo desde hace algún tiempo muy a pesar nuestro y bajo la misma premisa: susto o trato. El trick, la crisis. El treat, los ajustes, ése eufemismo tras el que se ocultan los recortes laborales y sociales.
Hoy Nicolas Sarkozy podría anunciar más ajustes para obtener más recursos con los que parchear el enorme déficit del Estado. Entre 6 y 8 millardos de euros pretende recaudar el presidente. ¿Cómo? Entre otras medidas, afilando las tijeras para hacerle un siete a la Seguridad Social.
Pero no es suficiente. El Estado francés, como el resto de Europa, se desangra y poco más puede chupar al ciudadano de a pie. Y no porque tema una rebelión en masa, sino porque el sistema necesita que el ciudadano de a pie tenga suficiente sangre en la cartera como para mantener la cadena de consumo. Por eso, tanto Sarkozy como Merkel prefieren morder otros cuellos, y el del dragón chino parece suficientemente grande.
Pekín abrirá la billetera del Estado para financiar la deuda europea, pero en aquel país, los más desfavorecidos que son la gran mayoría verán cómo europeos con disfraces monstruosos llaman a su puerta con un saco entre las manos gritando eso de trick or treat. Y muy a su pesar, pagarán.