El balance de víctimas del terremoto de magnitud 7,2 que golpeó el norte de Kurdistán el pasado 23 de octubre se eleva ya a 601 muertos, según informó la célula de emergencia formada por el Gobierno turco. El número de heridos supera los 450 y, según el viceprimer ministro turco, Besir Atalay, hasta ahora se han rescatado 231 personas entre los escombros.

Atalay indicó el sábado que las operaciones de búsqueda estaban a punto de terminar al disminuir las posibilidades de encontrar personas con vidas. Sólo se prolongaron en Ercis, localidad más cercana al epicentro.

El temblor de tierra destruyó más de 5.000 viviendas sólo en la ciudad de Van, lo que ha encendido la polémica sobre el respeto a las normas sísmicas por parte de los constructores.

Turquía ha aceptado la ayuda de una docena de países para apoyar a los damnificados. La ayuda proviene incluso de Israel y Armenia, dos estados con los que Ankara mantiene difíciles relaciones.